DESPUES DE PENTECOSTES.
167
lime santidad; pero nunca
fué
obstáculo para esto mismo
la prosp_eridad. Es necesario ser humilde, manso ,. paciente,
caritativo , se puede serlo en todos los estados. Son necesa–
r ias las cruces para ent rar en el cielo: por
una
providen–
cia muy sabia
las ha
puesto Dios abundantemente
en
to–
d as
las con ·
icio ~1es
:· no
es
menester sino hacer buen uso
d e ella¡s.
Son
neces :: irias las buenas obras para ser uno santo:
¡
quantas se pw:den hacer sin salir d el cuidado de la casa!
Los cuidados de la
familia
son las principales obligaciones
de
la
\'i r tud.
· .
'
.
,
Por mas loables , por
mas
preciosos que seañ todos los
exercic·os
de
devocion , nunca estamos ciertos de
que
hace–
rnos los que Dios quiere de nosotros
y
nos pide , sino quando
bar -·-- - -
lo_~
ue son propios de nuestro estado. Solos éstos
~-
est-án en su lugar . A los criados·,no les toca escqgerse
l<!s
" haciendas; al amo es
él
quien le toca determinar en 10 que
se hán de emplear ,
y
en lo que le han de servir. Los tra–
bajos mas p._nosos , las solici tudes ménos interespdas se es–
timan en poco quando son
a
la
ereccion de quien ]as hace;
y ·
no de quien las r ecibe.
?,
Que sirve hacer mucho' si
se
d
sagrada con .lo mismo que se hace
?
.
¡Que ilusion la de aquellas personas que descuidan
de
las obli gaciones ordinarias de su estádo· por -satisfacer
a
su pret nd ida devocion, la qual, en tal caso, no es pro-·
p iamen-te otr cos.a que
un
amor propio sutilmente disfraza–
\i o! Aunque hayas omitido todas las obras desupererogacion,
como son , vi itas
de
enfermos, exercicios de caridad, moni-
ficaciones ,
penitencia~ ;
has cumplido con todas tus obliga–
ciones, quando has cumplido perfec tamente con ]as de tu
estado :
B ene ómnia fecit:
hizo bien todas las cosas. Este
. es el elogio que hadan de· Jesucristo;
y
éste es el que se
<lepe hacer de todos los verdaderos cristianos , de todos
l os Santos: Ha cumplido perfectamente con todas las obli–
gaciones de su es tado, ha guardado y practicado con pun–
t ualidad
y
con fervor los mas leves , los menores ptece
p–
tos. E sta es la prueba mas segura de una verdadera vi rtud:
qualquiera otra
:
dea
de
devocion es falsa
e
ilusoria. Aun–
que uno hubiera practicado todas las obras
de
misericor–
d ia ,
aunque hubiera obra: o por el zelo mas ardiente, a un–
.que hubiera
ga~tado
sus
días
en exercicios de devocion;
si ha faltado al cumplimiento
de
las opligaciones
de su
L4
es"