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DESPUES

DE

PENTECOSTES.

139

Instruy·endo el hijo de Dios al pueglo que se babia·

j un tado al rededor de él , vió alguno de los que aparen–

taban mas regularidad ,

y

se l isonjeaban tener una vid a

mas exerri píar, los quales le oían con bastante atencion:

a

ést"os

fué

prin

nifialmente

a

quienes dirigió esta par ábo–

la , en la que se ve la eficacia

y

valor de la

humildad.

Dos hombres ,

le~

dixo J esucristo, subiéron un dia j un–

tos al templo

a

hacer oracion ; el uno era fa riseo,

y

el

otro publicano. Ya se dixo en otra parte que los fari seos

eran una secrn fa mosa que ,se levan tó en J udea hácia el

t iempo

de . los macabeos ,

ya

los quales se les dió el nom–

bre de fariseos, que significa gentes separadas de los

de–

ma

~

por u:-.?género

de

vida que alucinaba al público,

y

de que

hadan

-ostentacion estos sectar ios vanos

y

o_rgu–

llosos : afectaban delan te de los otros una modestia estu–

diada , una austeridad aparente' una regularidad exterior

que engaña!Ja ;

y

por otra par te eran uno.s sepulcros blan–

queados , 11 nos por dent ro de

inm1mdicia

y

de p·od (e.

La soberbia era el

alma

y

el gran móvil de todas sus

acciones. E l publicano er'a entre los romarws un adminis–

t rador

o

co~rador

de los ·

irppuesw~

y

de las rentas pú–

blicas. Es te

nombre

era muy odioso en re los judíos : con

él designaban un gran pecador , un hombre

d~

mala vi–

da , un

usurero

,de

profesion : era

el

publicano una pro–

fesion de gentes muy desacreditadas ,

ás~

por la corrup–

cion de sus costumbres , como por sus violencias. Esto

es lo que se entendía por un fa r iseo

y

un publicano. Vol

va–

mos

a

nuestro evangelio.

Dos hombres ,

deda el

~eñor

, subiéron juntos al

t em–

plo

a

hacer oracion : el uno era

faris ~o

,

y

el

ot ro 'publi- -

cano. E l fariseo , en lugar de ora r

y

de l.mmillarse de–

lante de Dios , se puso

a

exagerarle

a

Dios la justicia de

sus obras: estándose

en.

pie , decía

dentro

de sí mismo:

gradas

os

doy , Seño r,, porque no soy como los

<lemas

hombres,,

y

particu larmente como el publicano que es-

aquí. E ste

y

lo .>

otros son · unos ladrones , unos mal–

_.._.....

v_,.~dos, u~os

adú lteros :

en qyanto

a

mí,

soy muy

1·e]i–

g10so, ayuno dos veces

a

la semana , ademas de los dtas

de ayuno de obligacion. Se c ree que estos dos dias de

que habla

el

fa riseo , ;eran el . lúnes

y

el j uéves. Porq ue

"'º

pareciese que conformaban en esto con la cestum–

bre

...