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DESPUES

DE

PENTECOSTES.

137

nisterios para el gobierno de la 'Iglesia,

a

1a sabiduría del Hi–

jo:

los milagros

y

las operaciones sobrenaturales, al poder

·

d.el

Padre; pero en ·estas tres adorables personas hay una

m

isma bondad, una misma sabidur1a, un mismo poder, así

como

hay

una misma divinidad. Como los ministerios están

repartidos , a

í

lo están las gracias para cumplir con ellos;

pero Dios pide

a

todos los que

lo~

reciben el mismo agrade–

cimiento

y

la

misma fidelidad:

Unicuíque autem datur ma·

nifestátio spíritus

ad

utilitdtem

:

a

cada uno se le da el

don visib e del Espíritu santo para algun bien. Este don

es un talento que no se debe enterrar, se debe hacer que

sirva ·para

la

utilidad pública: ¡que abuso tan criminal

el apropiársele

a

sí quien

le recibe,

y

no hacerle servir

sir

a

Ja

. nidad

y

al interes!

Despues de esto, desciende

Sa1

Pablo

a

una individual .

enumeracion de estas gracias particulares: El Espíritu san–

to, dice el apóstol, concede

.a

uno que hable el lengua–

~e

de la sabiduría, el qual en rigor no es otra cosa que

el don de

consejo:

el

otro

el lenguage de la ciencia, que

es el don · de la inteligencia:

a

Qtros da el

mi~mo

Es–

píritu santo la

fe; es

decir,

aquella

viva

y

firme

con.fian-

za en D ios, por la qua.l estamos seguros que no nos ne–

gará su asistencia, quando nos sea necesaria para obrar

]as cosas mas prodigiosas; la qual, hablando en propie-

.dad ' es el don de milagros :

a

otro le da la gracia de

las curadones

u

de sanidad ,

ya

veces el don de resucitar

los

muertos :

a

éste el don de profecía , el de predecir lo

venidero,

y

el interpretar las

divin~s

Escrituras:

a

algu- ·

nos la discrecion de espíritus tan necesaria para el go–

bierno

y

direccion de las almas:

a

otros el don de len–

guas,

y

de entenderlas, aunque no las sepan hablar:

Hcec

autem ómnia operdtur unus atque ídem spíritus, dívidens

síngulis prout vult:

pero todas estas cosas las obra el

mismo E p iritu santo , repartiéndol as

a

cada uno de los

fieles conforme le place. El E spíritu santo divide

y

re–

parte sus done<;, dice el mismo intérprete; a fi n que te–

niendo los fieles necesidad unos de otros, se unan mas

--"--stre

hamente entre

sí,

y

sean mas humildes. Si tú has

recibido alguno

o

algunos de los dones mas excelentes,

teme el abuso que puedes hacer de_ellos ,

y

la cuenta

que has de dar. Si no has recibido ninguno, piensa ql!e

qut-

.

.