DOMINGO DÉCIMO
do de conocer siempre
sus
visit ' s ,
y
de a
prov~charte
de
todo lo que te enseñe
y
te diga.
.
2
No te co tentes con con0cer su voz
y
su visita: es
menester
pone ~
por obra st¡
lecciones.
L >t
humildad , la
caridad
cristiana~
la mortíficacioo,
la..
exacta
puntuali
ad
en cumpl ir con todas las oblig1ciones del propio
e~wdo ,
la dev·ocion, el zeJo de la sa lvacion de nues tros herm·a–
nos ; en una pálabra , la victoria de todas las pasiones,
y
del espíritu
y
máximas del mundo _, son el asunto or–
dinario de todas las
l~cc_iones
que nos
~ a
el S ñor. Mi ra
qué punt0 de moral
u
de costumbres habla mas contigo,
y
de
qüál
tienes mas necesidad,
y
aplÍ,cate
la
inst ruccion
que
te pertenece
y
te toca -mas de cerca. Tkne
'
Je~ucristo
en la adorable Eucaristía;
¡
quantas personas no hacen
~a-:.
so de él! Da
a
conocer por tu deseo de comulgar , por
tus visitas freqüentes,
y
cada vez mas devotas
'y
mas. res•
petosas ,
que le
reconoces realmente presente
en
este
ado–
rable sacramento.
DOMINGO DECIMO·
D E S P U E S D E' P E N T E C O S T E S.
E1
décimo domingo rlespues
d~
Pentecostes, -se llama
el domingo de la humildad-
u
del fariseo
y
d... l publica–
no,
~causa
dd
evangelio que se Jee en la misa, en
el
qual Jesucri sto hace el paralelo del fariseo soberb:o,
y
del humilde puhii
~ano
en
una
pará bola que propus
el.
aquellos
que
ponían
SLL
confianza en sí mismo , hacién–
dose jueces.
de
sus acciones
y
de las de los otros , me–
nospreciando
a
los <lemas como
a
imperfectos
y
p"' cado–
i:es en- comparaeion de ell s. · Se conoce bastante que
1
designio del Sal vador en esta pa ábola es en _, eñ·
rno~,
que
sin .humildad no ha
y
ju ticia ni vircud cristiana ,
y
que
la inocencia
dtbe
tener po r
ba
·a la humiidad , la qual a
sitv~
al mismo tiempo de defensa
y
de a poyo. La epís–
tola es, como el· .preludio de e ta parábola,
y
confi rma
la necesidad que tenemos de- esta
importanl~
vinud,
si
J
..a