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DOMINGO NONO

hacia el Salvador para colm:ula de bieóes,

y

por haber

abusado tan obstinadamente de la graci a

d t!

esta visita;

todó -esto, digo, 'nos sucede todos , los dias

a

cada uno en

particular, aunque no con t anto estrut7 ndo.

Hay

tiempos

y

circunstancias de tiempo,

de

qu-e

pued~

dep '·nde r toda

la

economía

de

la salvacion

de

cada uno de no ·otros en

particular.

Y

no saber conocer estas vhitas

de

bénevo–

lencia, de misericordia

y

de favor, es a rriesgar lo todo,

es exponernos

a

la última

dt:~dicha,

es perd rlo codo.

Reflex.J.onemos de

qué

conseqüencia es aprovecharnos

de

estas favorables ocasiones, de estas circuns andas de tiem–

po, de estas ilustraciones, de estos piadosos movimientos

de

la

gracia. Aquel sermon que se acaba d oír,

aque–

lla

lectµra de aquel- libro devoto, aquel acc1 ente

.~es­

to que

ha

sucedido, esa inspiracion que se

ha

tenido, son

freqüentemente unas ciréunstancias

bien

críticas para

la

salvacion: son unos medios saludables de predestinacion:

és la visita del Salvador, que. nos importa tanto conocer.

¡

Q11antas personas hallaban

en

todo eso el camino del

cielo abierto, el que infaliblemente las hubiera conduci–

do a

la salvacion-! ¡Quantas personas tambien se han des–

carriado de él por haber · cerrado los ojos

a

esta

divina

luz

!

¡

Quantas personas se- han perdido infelizmente por

no haber

querido

~provecharse

de esta gracia

!

Q,uia si

cognovísses

&

tu, qua? ad pacem tibi.

A

la mayor parte

de los que habiéndose condenado, serán por· toda la eter–

nidad infelices víctimas del furor divino, se les po<lrá

decir :

¡

ó

si

vosotros hubié$eis sabido conocer las cosas

que eran capaces de daros la paz.,

de

colmaros de todSl

suerte

de

bienes,

de

procuraros una felicidad eterna!

¡O

si hubiéseis sabido aprovecharos

de

aquella fuerce inspi-

,. racion, de aquella viva luz interior,

9e

aquellos avisos

que

Dios

os daba por tantas partes!

¡O

si

hubieras sabi–

do aprovecharte de aquella enfermedad,

de

aque1la des–

gracia,

de

aquella ocasion favorable , tan propia para con–

vertirte_,

y

por lo mismo tan capaz de darte la paz!

A

ho–

ra

.estaiias en la mansion

de

los bienavenrnrados , lleno

de gozo,

y

al abrigo de toda inquietud

y

sob re -· alto.

e–

ro por haber tenido una vida tan criminal ,

y

por es to

mismo

UQa

vida triste, tan

inquieta,

tan

amarga.,

aho–

ra gimes en los fuegos inextinguibles del infierno,

t:ntre'

y