DESPUES DE PENTECOSTES.
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la quál · todas las otras virtudes son defectuosas. En esta
epístola hace San Pablo acordar
a
los fieles de Corinto
del lastimoso estado en que se hallaban ántes de su con–
version
a
la
fe. Nada humilla tanto al hombre como
la
vi sta de su :propia miseria: nuestro propio fondo que pro–
duce nuesnra soberbia, lleva tambien el contraveneno de
este vicio. Háceles advertir el apóstol, que todos los do–
nes espirituales, que todas las diferentes operaciones del
Espíritu santo son
t~nos
puros dones,
y
por consiguien–
te, que haríamos muy mal en' ensoberbecernos por e los.
Quanto mas nos enriquece el Salvador con su_s favores,
tanto mas
humildes debemos
ser: los
tesoros
de la gra–
cia no se
~onservan
sino por medio de la humildad. El
fo
róito dé' la misa no dice ménos re1acion
a
esta vir–
tud,
iuspirá.ndonos
una
humilde confianza
en
la bond3d
de aquel Dios, que
es
al
mismo .
tiempo
ntJestro
Criador,
nuestro Salvador, nuestro Padre. Corno el evangel io nos
representa dos hombres que oran muy diferentemeáte
en el templo, la Iglesia nos da en el i_ntróito de la misa
un modelo de oracion
muy
conforme al que nos pre–
senta el humilde publicano.
Cum
clamárem
ad Dóminum: exaudlv'it
vocem
meam
ab hi.s qui appropínquant rnihi,
&
humiliávit
eos
qui est
ante
scecula,
&
manet
in cetérr. urn
:
Luego que clamé al
Señor, oyó 'mi
voz;
esto es, mi oracion.,
librándo.mede
los que no se arriman
a
mí sino para hacerme mal ; el
que es ante
todos los
siglos,
y
será eterna1nente, los
humilló.
Jacta cogitátum tuum in
D~mino,
&
ipse te enú–
triet:
f>On
en Dios todos tus cuidados,
y
él te alimen–
tará.
Exáudi Deus
oratjonem
meam,
&
ne despéxeris de–
precationem
rnearn
,
inténde
mihi
,
&
exáudi
me
:
oye,
Dios mio, .mi oracioo,
y
no deseches mi
ru~go:
dígna–
te considerar el estado en que me veo,
y
no
me nie–
gues la asistencia que imploro. Estas palabras se torná–
ron del salmo cincuenta
y
quatro. Viéndose objgado Da–
vid ·por la rebelion de su hijo Absalon
a
salir de Jeru–
salen, representa
·a
Dios el triste
e
infeliz estado
a
que
se · ve reducido ;
y
en este humilde estado le
pide
su
ayuda. Este salmo, en el sentido figurado, conviene per–
frcrameore
a
Jesucristo. David destronado
y
echado
de
Je rusa ien representa al Salvador ar rojado
y
entregado
a
·
TQm.
J7.
.
I
3
la