DE QUARESMA.
tus-pedn,
S
manus /nstitis,
&
al r dedor, para que crean que tú
fácie.r
illtus
sudário
erat
liga-
me has enviado. Habiendo dicho
ta. Dixit eis Jesus
:
sólvite
esto , clamó con una gran voz:
eum,
&
slnite abire.
fY/ulti
ér:·
Láza ro, ven
á
fuera.
E
inmedia-
.
go ex judads
,
qui vénerant .aá
tamente salió el que babia estado
M ar1am,
é3
Mart.ham,
S
vf-_,.
muerto, atados los pies
y
las ma–
derant
qu~
fecit Jesus,
ertdi-
nos con faxas ,
y
su rostro esta–
Jirum
in eum.
~a
cubierto con
un
sudario.
Dí-
Yoles Jesus: desatadle,
y
dejadle
· ir.
Muchos, pues, de Jos judíos
que habían venido
a
María
y
á
Marta,
y
habian visto
lo que hi...
zo
Jesus, creyéron en él.
MEDITACION
De córno
se
piensa_
á
la hora
de la
1nuerte
de
los
medios
que se tuviéron
en
'"Jida para salvarse•
.
P U N T O P R 1M E R O.
Considera ,
que
por-
rn~s
cFueles que
sean
los
·temores
que se experimentan
á
la
h0ra
de
la
muerte ,
y
los dolores
que se sienten en aquella.última
hora,
ninguna cosa
es mas
dura , ninguna atormenta
tanto
á
un pecadór muribundo,
corno los vivos
y
agudos
pes~res
que tiene·
poco ántes de
~~ra~
-
,
. Durante la vida,
Ia~fe
de
la mayor
parte
de los cris–
tianos,
y
sobre
todo
de
los libeninos, está medio apaga–
da.
Se
cree ;
es. decir ,.
no se
da.
en
errores
hasta hacerse
in–
fieles; pero se cree tan
flo-xam~nte,
qu:e
apénas
pueden-lla-
marse
cristianos.
,
· A
la
horJ de
la ~
muerte toda_s la's
falsas preocupaciones
é\esaparecen : las
pasiones mas fuertes se
ámonig1:1an , la
fe
se aviva
y
despierta ,
y
hace
ver
con tanta claridad las
verdades,·
mas t err ibles,
q.ueno
es
posible
poner
en duda
ning
na
de ella . ¿_Pero que
p~·sares,
gran
Dios, qué
terro–
res nacen de e'l tas
luces ~
Entónc .;s
se
onoce
st>n~iblemente
el fln para
qué está–
bamos
sobre
la tie·rra. Dios
solo , sí ,
Dios solo
debía
ser el
obj r;to
de mi amor
y ·de mi culto.
¡Que pesar,
qué dolor
ha-