DE QUARESMA.
blo, por reparador de la tierra, para. que rompa las ca–
denas de los encarcelados, para que alumbrt!
á
· los que
.... están en tinieblas:
In témpore plácito exaudívi
te: ::
&
dedi te in fredus-pópuli :
Te he enviado para que hagas
una alianza con mi pueblo , de la qual la primera. no era
sino
una
débil
figura;
y
por medio
de esta alianza harás
mudar
de semblante
á
toda la tierra,
y
formarás un
pue–
blo del
todo
nuevo:
Ut
suscitáres terram,
&
possidéres
hcereditátes dissipatas.
Estas h erencias disipadas son, no
solo el pueblo judáico, sino tambien todas las naciones
del mundo que
Jesucristo
redimió con
su
sangre,
y
que
componen toda su herencia. Esta. herencia le babia sido
quitada por el demonio,
y
había sido disipada_por la cor–
ru pcion de las
costumb ~·e s
y
por la idolat da. El Sal va–
dor vino
á
recogerla, congregando ea su Iglesia al judío
y
al gentil. Te
he enviado
para que dixeras
á
los
que
es·
taban atados con las cadenas del pecado :
Ut
díceres bis
qui vincti sunt.
Se puede entender esto del pueblo judái–
co, que vivia en el desórden ·
y
baxq la esclavitud de la
ley:
Exíte:
Salid de esa dura esclavitud,
y
entrad en la
dulce libertad de los hijos de Dios:
Et his qui in ténehris:
para que dixeras
á
los
que
estaban poseidos de una
pro–
funda ignorancia del verdadero Dios,
y
en las negras ti–
nieblas de la idolatría:
Re-velámini,
abrid los ojos ,
y
ved
la
luz.
Solo el Salvador es la verdadera luz .que alumbra
á
todo hombre que viene á este mundo:
S uper vías pas–
céntur,
pastarán en los
caminos :
Et
in
dmnibus planis
pascua eorurn'
y
todas las llanuras les servirán de pastos.
Ninguna cosa
repre~enta
mejor la dichosa éondic ion de
la
nueva
alianza
de este pueblo nuevo,
del
pueblo
cris–
ti~no,
de la Iglesia ,
que
la pintura
qu~ ~e
él hace aquí .
Dios por su profeta. Lib res de la
cauti vtJad
del demo–
nio por la muerte del Salvador, ilust rados
con
las luces
de la fe, no temais morir de hambre en
d
desierto
y
en
el penoso viage de esta vida; así en el plano,
como
en–
tre las rocas,
y
sobre el monte , hallaréis siempre un pas–
to
abundante.
La doctrina de Jesucristo, sus sacrar.nentos,
sg
evangelio, su
ayuda y
su gracia ha rán que no os fal–
te nada. Esta vida es una peregrinacion, la tierra es un
destierro, el cielo
es
nuestra amada pat ria: es. necesario
caminar por un horroroso des.ierto ántes de
llegar
á
la
X
2
tier-
.....