QUAR!O
LÚNES
dem mihi
,
Dómine
Deus
nes parte , me sea amargo ,
y
meus
,
ita t uis beneftciis
que no halle gusto sino én lo que
uti in vía per grátiam , ut
es de tu agrado. Finalmente,
tandem tuis gáudiis in
concédeme , Señor, que
d t
t al
p átria pérfruar per
gló-
suerte use de tusbeneficiosdu–
r iam. Per Dóminum nos-.
rante esta vida, que tell ga la di–
trum J esum Christum,
&r..
cha
de
poseerte.
y
de gozar
de
la eterna felicidad en la patria
celestial. Por nuestro Señor Je–
sucristo ,, &c..
L Ú 'N E S.
DE
LA
QUARTA SEMANA DE QUARESMA.
Q
uanto mas se acerca el santo tiempo de la pasion, t:in–
to son mas tiernas
y
exquisitas las oraciones de la Jglesia.
La misa de este dia empieza por el salmo 53.
Deus in nd·
mine tuo salvum
me
fac
,
&
fo
virtúte tua j údica me.
Dios
mío, por la ·gloria de vuestro nombre alvadme del peligro
en que estoy.;
y
desplegando vu,estro poder en
mi
fa vor, ha–
ced conocer el
juicio
que haceis de mi inocencia :
D eus exáu–
di orationem meam :, áuribus pircipe verba o.ris mei :
escu–
chad , Señor ,.
la
oradon .que os envio,
y
dod oídos
á
mis
re prese ntaciones:
Q.udniam aliéni insurrexérunt adversum
me ,
&
f ortes qucesiérunt ánimam meam;
porque aquellos
de
qu ienes c reí poder fiarme, me han sido contranos ,
y
se
han declarado contra mí: por todas partes me veo ro–
deado
de
enemigos fuertes , que solo buscan
CÓfllO
quitarme
la
vida.
Nunca se babia visto David en mas eviden te peli–
gro de caer en manos de Saul ;
y
así jamas se encaminó
á
Dios con mayor fervor
y
confianza. Perseguido fu r iosamen–
te
por Saul, se habia refugiado en los montes
y
bosque de
los alrededores de
Zif.
Los zifeos fuéron
á
avisársdo
á
auJ,
el que corrió al punto con todo su exército. David estaba
á
un Jado
del
monee,
y
al la'do opuesto estaba Saul con to–
das sus tropas.
El
peligro no podia
ser
mayor: David no
esperaba ya
salvarse
de las manos de su
enemigo; pero
re-