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QUARTO

DOIVlINGO

medios

que he

tenido

para

hacerme santo,

y

qué mal he

correspondido

á

todas vuestras gracias! Todos los dias me

admiro

~ e

lo que

los

Santos hiciéron para hacerse

santos;

pero por mi de gracia no me aprovecho de sus

exemplos.

Continuad,

Sefíor,

en ayudarme

con

vue tra

g racia,

y

des-

.de este momento voy

á

poner fin

á

mis

infideli4ades.

JACULATORIAS PARA ENTRE

EL

DIA.

P'i-vet ánima mea

,

&

laudábit

te,

&

j udícia tua adjuvábunt

me.

Salm.

u8.

Señor, no viv iré sino para cantar vuestras alabanzas, por–

gue hallo

tni

socor ro

y

mi ayuda en todo lo que

habeis

he

ho.

Prope

es tu , Dómine,

&

omnes v ite tute v éritas

Salm.

I

r8.

Vos, Señ r, esta

is

si.:m Jre

á

mi lado,

y

en

todos los esta–

dos

de la

vi da

hallo

sendas s 'guras

que

me llevan

á

vos.

T

P R O P O S I TO S.

r

odos los estados de la vida son otros tantos

cam~

nos , qu

seg un el órden de la

divina

providencia, guian

y

llevan

á

nue tro último fin. Es una temacion imaginarnos

que o raríamos meJor en otro

estad.o.

que en el que hemos

aorazado. ¡Que error no ocupar la imaginacion,

sino

de

lo qu .... se haría si se eswviera en otro

puesto,

y

no cuidar de

cumplir con lac;

ligaciones del empleo que se tiene!

Hay

pocos ar tificios que

le

salgan mejor al enemigo de la

sal–

vacion que

e~. ta

inquietud. Dios no te quiere al presente

sino en el esrndo en que estás: no

pienses

sino en cumplir

con las ob iigaci ones de él. Mira como una ilusion perni–

ci .

'\a

todas

aquellas inconstancias del corazon

y

del espíri–

tu que consumen

d

alma en vanos pesares

y

en frívolos

de

'CO) ,

despues de

hab~r

el

gido

un

estado

de vida. No

p ienses sino en cumplir con puntualidad con todas las obliga·

ciones

dd

estado que abrazas te. Considera particularmen–

te

hoy

quáles son estas

ob ligaciones,

y

quáies sor:i con las

que ménos cumples. Mira

si

te sirves de todos

los

medios

que tienes en tu es tado para santifica

rte. N

o hay estado sin

cruz ,

ni tampoco rosa

sin espinas,

L.as

dulzuras

de una

fortuna floreciente, las amarguras de una familia carga–

da de d¡,:uJas, los embarazos de una.

condi~ · on

llena de

ne-