Q.UARTO
DOlvHNGO
un títu lo para salvarse: las honras
y
la prosperidad pueden
proporcionar muchas ocasiones de grandes sacrificios:
la
desgracias
y
las adversidades abren ua gran camino
para
Ja gloria. Si la salud es un don de Dios, la enfermedad no lo
es menor: el padecer mucho
pot
Dios, es todavía de un méri·
to mucho mayor que el hacer mucho por él. En
fin,
el i!Jge–
nio
es
un
talento,la sencillez es
una
virtud;
y
Dios gusta co–
mu nicarse
á
las almas sencillas.
Y
para decirlo de una vez,
todas las cosas se pueden mirar como otros tantos talentos.
No hay cosa, aun entrando nuestros de(ecros, que no
pueda
sernos útil. No tenemos enemigo mas mortal de nuestra sal–
vacion, que el demonio: sin embargo, sus astucias
y
has–
ta sus
tentaciones pueden servir para nuestra salvacion.
¡Que abundancia de med ios!
¡que
multiplicidad d.e santas
industri ás
!
Todas las cosas, dice el apóstol (
Rom.
3. ),
contribuyen al bien de los
que
aman
á
Dios.
Es
indispensable tener la gracia para hacernos santos: .
sin ella
todo~
nues tros esfuerzos serian inútiles; pero esté·
mos seguros que nosotros podemos faltar á la gracia; pe–
ro que
la
gracia no nos falcará jamas;
y
que entre todos
los condenados no hay uno que no se haya condenado por
su
cu lpa ,
que
no se haya condenJdo porque no quiso ser–
virse de los medios que tenia para obrar su salvacion.
¡Que
pesar este,
buen
Dios!
Somos flacos , es verdad: los peligros son freqüentes,
las
tentacion~s
violentas; pero tener:i.1os
una
fuerza
y
una
virtud particular en los sacramentos: sacramentos, en que
se
nos apli ca n los méritos
de
Jesucristo: sacramentos, que
nos
hacen, por decirlo así, un baño de su sangre; y en
los qua !es halla el alma infinitos socorros
en
todas sus ne–
c
3ida Jes: sacramentos, que son remedios saludables con–
t ra
toda
es peci~
de males,
y
fuentes inagotables de ran–
tas gracias. S=ais enteramente bendito, alabado
y
glorifi.
Céh
,
divino Sdlvador mio, que me habejs dado tantos
y
tan pode rosos med ios de obrar mi sal vacion;
¡
pero que pe–
sar no del o tener y
o por haber hecho que me fuesen inú–
tiles has ta aquí ! No
permita.is, mi dulce Jesus, que esta
confesioa mi.! sea uu nuevo motivo de confusion.
PUN-