,
TERCER LUNES
no te ofende siete veces
al día,
perdónale tzí otras tantas;
pero la expresion
siete veces
no denota un ní1mero deter–
minado.
San Pedro p¡egunta,
si
acaso un hombre
á
quien
se
ha perdonado muchas veces.,
se
hace indigno de que se
le perdone ;
y
Jesucristo le responde:
No te digo que le
perdones hasta siete veces., sino hasta setenta veces siete.
Quiere decir., perdona tanras veces,
y
por tanto tiempo
como te ofendiéron
!
aunque te ofendieren
un
mil ton de ve–
ces
y
aun mas, perdona siempre,
y
no dexes jamas
ce
per–
donar.
Bien se conoce
que la caridad ir,finita de
üio
s pa–ra con nosotros es
la
regla
de la que debemos tener m.os
con otrós.
La
caridad de Dios para
con
nosotros
es
u
naca–
ridad sin límites, y tal debe ser
la
nuestra. Dios nos en–
seña
con su txempl-0
á
sufrirá nuestros hermanos
y
á
per-–
donarles -sin restriccion alguna.
i
Pero nos. acordamos que
le pedimos
todos
los dias
que
nos trate del mismo modo
que :tratamos nosotros nuestros hermanos , quando
le
de–
cimos :
Perdónanos nu
estras deudas, asl como nosotros
perdonamos
á
nuestros
deudor.es~
{
Matth.
6. )
La oracion de la misad.e
.esle
Jia es la siguiente;
Exáudi no.r
,
-0mnípotens
,
&
misiricor.r Deu.r:
f..B
.continén–
ti<e
s.alutáris propiúus nobi.r do–
na con1ide. Per Dóminum nos–
Jrum
Jesum Chri.stum,
Se,.
Üyenos , Dios ,omnipotente
y
mi–
sericordioso,
y
concédenos por tu
bondad losdonesde una continen–
cia saludable. Por nuestro
Señor
Jesucristo,
&c..
La epístola
e.s
del capítulo
4
del libro
4
iJe los Reye.r.
In
diébus
illis:
Múlier
.qu<edam
clamábat .ad Eli!éum prophe–
tam,
dic.ens. S ervus tuus vir
meusmórJuus.est ,81unostiquía
servus tuus
fuit
timen.r Dómi–
num
:
8
ec~e
.
crédiJ.orvenit ut
tollaJ duo.s filios meo.r
aa
ser–
'l.Jiéndum sibi. Cui dixit Eliséur;
Quid visut fáciam
tibi? Die
mi–
hi, quid habes
in domo
tua? At
ilia
respóndit
:
Non hábeo
an–
ct/la Jua
.quidquam in domo mea,
ni.tiparum óiei, quo ungar Cuí
ait:
..
En
aquellos dias, una cierta mu–
ger daba voces al profeta Eliseo,
diciendo.Mimarido, tu siervo, ha
muerto , y tú sabes que tu siervo
fué
temer.oso de Dios : y he aquí
que un acreedor viene
á
quitarme
dos hijos mios para que le sirvan
á
éL
A
la
qual dixo Eliseo;
i
que
quieres.que yo te haga? Dime,
i
que
tienes en tu casa? Yella respondió:
no tengo yo,
tu
sier a , en mi ca–
.sa cosa alguna ., sino un
¡,>0co
:de
acey te para ungirrne. Y el la di-
xo