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DE QUARESMA.

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be por otra parte, que si no hubiera, habido pecadores

que salvar, no hubiera habido tampoco madre del Salva–

d r : todo esto fomenta su ternura para con nosotros ,

y

debe autorizar nuestra confianza para con ella. ¡Que ven–

taja~

no se sacan de · esta tierna devocion

!

¡Que gracias,

qué auxflios durante Ja vida para los devotos de María!

¡Que confi anza

y

qué consuelo

á

la hoFa de Ja muerte!

¡Que cosa tan dulce como vivir baxo la proteccion de una

tal protectora! ¡Pero qué dulzura al morir quando se

ha

merecido su proteccion por la fidelidad en su servicio!

Ninguna cosa es tan capaz de serenarnos contra el justo

t

mor de

los

juicios de Dios

y

contra los terrores dé Ja

muerte, como la confianza en la . santísima Vírgen , fun–

dada sobre su bondad

y

sobre mia perseverante devocion

para con el1a.

i

Que tenemos que temer si la madre

de .

Dios se interesa por nosotros? Aunque todo el infierno se

arme cont ra mí, la proreccion de la saatísima Virgen es

un

fuerte inaccesible á todos los enemigos de mi salva–

cion: es aquella misteriosa torre de David pertrechada

con toda especie de armas. María

es

aquella estrel

!a

del

mar,

que

sirve de regla á los navegantes para evitar los

e e llos

y

el naufragio: no

hay

que hacer otra cosa que

mirarla.

¡Ay

de aquel que no tiene siho indiferencia para

e n una madre tan amable! ¡Quan dignos somos de com–

pa

ion quando no sentimos ni zelo ni devocion para con

la

madre

de Dios! Pocas

señales de

reprobacion

hay mé–

no equívocas que ésta.

S ñor, pues deseais con tantas veras promover la glo–

ri

y

el culto de vuestra di gna madre , dignaos aumen–

tar en mf la ternura

y

el zelo para con una madre en

ui n he puesto toda mi confianza despues de vos. Me

n agro para siempre á su servicio, sabiendo que no po–

dré

ménos de agradaros , miéntras que tenga la dicha de

s r del

número de sus hijos.

JACULATORIAS PARA ENTRE EL DIA.

11!/onstra te esse matrem.

Eccl.

Ha ed ver, Vírgen sant ísima, que sois mi

madre.

Maria, mater grátiee, mater misericórdite, tu nos ab hoste

prótege,

&

hora mortis súscipe.

Eccl.

Ma-