DEVOTOS.
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de su nacimiento. Tuvo la ·dicha de tener
una
ma-
:Ola VII.
dre todavía mas distinguida en el mundo por su
eminente piedad, que por lo elevado de su condi-
cion. De tres hijos que tuvo,
no
hubo uno que no
fuera Santo. Su hija, que era la mayor de todos tres,
fue
Sq.nta Marcelina; su hijo mayor fue San Sátiro;
y
el menor de todos, que era Ambrosio, los sobre-
pujó en méritos
y
en santidad
á
todos.
.
Ambro~io
se-mantuvo en las Gálias hasta la muer..
te de su padre; despues de la qual se fue con su ma..
dre
á
Roma, no teniendo mas que quatro ó cinco
años de edad. Viendo un dia que su madre
y
su her–
mana besaban la ·mano al Obispo , que probable
7
mente era el Papa San Julio, les presentó tambien,
por modo de juego , la suya , para que la besáran,
diciendo, aunque de chanza, que babia de ser Obis–
po. El suceso hizo ver que quien hablaba enton–
ces en él, era
el
Espíritu Santo.. El niño Ambrosio
mostraba
ya
en sus mas tiernos años un genio tan
vivo , tan despejado
y
tan superior
á
todos los de
su
edad , que procuraron aplicarle con tiempo al
éstudio de las bellas letras ; á poco
tiempo se
habilitó
en
la lengua
y
ciencias de los Griegos ,
y
particularmente en la eloqüencia , que era en–
tonces la principal ocupacion de los jóvenes de ca..
lidad que aspiraban
á
los empleos del Imperio.
Habiendo
su
hermana Marcelina hecho profesion de
virginidad,
y
recibido el Velo de mano d
l
Papa
Liberio, Ambrosio quedó admirado
y
movido de es–
te exemplo doméstico,
y
juntando la piedad al estu–
dio, vino
á
ser el mancebo mas cabál q(Je se cono–
cía
en
Roma;
se
adquirió la amistad
de
Anicio Pro-
I
2
bo,