EXERCICIOS
Dicj~mbre.
devo tas !
¡y
quán ordinario es ver personas tan
ze–
losas por la· perfeccion de los otros, Direétores, Pre–
dicadores , Superiores , que saben reprehender tan
bien los menores defeétos; cuyo zelo se agota todo
en procurar la salvacion de los otros , cayendo ellos
mis.mos en la tibieza, por descuidarse de corregir sus
propios defeétos é imperfecciones!
·
Perp,Dios mio,
~de
qué servirá todo esto
á
una
alma tibia,
á
no ser que
V
os, por un milagro de vues–
tra misericordia, la haga is conocer su
infelicidad~
á
l~
menos haced este milagro en mi favor; y no per–
mitais me sean inútiles estas saludables reflexiones.
JACULATORlAS PARA ENTRE EL
DIA.
Inclína cor meum il] testimónia tua,
&
non in ava–
.
rítiam.
Salm.
1I8.
lc.flamad, Señor , mi corazon en el amor de vuestra
santa Ley,
y
haced
qu~
os sirva con desinterés
.
y
con ferv<:.>r.
Ure renes meos,
&
cor
meum, Dómine.
Salm.
25.
Abrasad , Sefior, mi corazon,
y
llenad.lede un ,
santo fervor en vuestro servicio. .
PROPOS ITOS.
P
OR mas arreglada que sea tu vida, por mas san..
to que sea tu estado., por .mas exátto que seas
en tus santos exercicios , teme la tibieza; es esta una
enfermedad epidémica
y
contagiosa,
y
así no debes
omitir cosa alguna para preservarte de ella. Solas
-
las