D E
PO T OS.
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las almns
tib1as
no
te1~1en
estcír
en ta
tibieza ;
para Dia VI.
no caer
en
ella,
~xerdtate
con
freqüencia en las p.rác..
ticas siguientes :
P rimera, cumple
con una
puntuali-
dad
escrupulosa con todos tus exercicios de piedadº
Segunda , no te
co~tentes
con no
on;itirlos
jamás;
ten un
cuidado partiGular
de
hacerlo~
siempre
el
mism.o
d ía
y
á
la
mism_a
hqra.
T ercera ,
haz; cada
ano
de
ellos
cada vez., como si esta fuera la últjma
que
los
hicieras en toda tu vida . Quarta , praétíc:i.
estos avisos con especialidad, rcs pcB:o de
la
Co n í.~-
sion
y
Comunion;
est~
práé.tica es
d~
las mas exce-
lentes. Quinta,
luego
que
hubieres
caído
en algun •
defeé.to,
aunqu~
sea el mas leve, ca.stígate el mismo
dia con alguna penitencia. Sexta, pide
á,
D io.s to"-
dos los dias
el fervor· ,
y
no
sirvas
jamás
al
Seifor
con
per~za,
ociosidad
y
negligencia.
Procura en todas las grandes fiestas renovar tu
fer, or;
celébralas
con
una nueva devocíon ; comien..
za por la festividad de la. Inmaculada Concepcion,
que viene luego. · Acúsate en tus Co·nfesiones de la
tibieza
con que sirves
á
Dios. E$tá alerta contra las
distracciones voluntarias, especialmente en tus ora–
ciones vocales.. Jamás
te
descuides de
orar
y
rez:-tr
con
respeto. Evita las p6sturas acomodadas
y
poco
decentes. Vela
singularment~
sobre· tus .seoticlos ,
y
haz alguna mortificacion; porque el am©r pro pi.o
y
l a falta
de rnortificacion son siempre el
origen
fu–
nesto de la
tibieza.
Finalmente, ten un extremo
horror
á
esta enfermedad espiritual , de la
que
casi nunca
$é
ou:rª,
l
DIA
•