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VIDA
DE CHRISTO
fé de su Resurreccion, no quiso dexar
a
este Apóstol
en su infideli dad;
a
este fin ocho dias despues ' estan–
do los DK.éipulos juntos-en el mismo lugá:r ,
y
Tomas
con ellos , entró Jesus estando cerradas las puertas;
pusose en medio de ellos , dici<mdo : la paz sea con
vosotros:
y
luego volviendose
a
Tomás, le dixo: Acer–
cate, Discípulo incrédulo; mete aquí tu dedo ,
y .
mi-:–
ra mis manos ; llega tu mano,
y
metela en mi costa–
do ; asegurate bien de la verdad
y
de
la
realidad de
mi Resurreccion ,
y
no seas incrédulo sino fiel. En-
"--tonces Tomás , penetrado
a
un mismo tiempo de gozo
y
de confusion ,
y
animado de un amor ardiente,
y
de
una fé viva, se postró
a
sus pies ,
y
exclamó: Mi Se–
ñor
y
mi Dios. Dixole entonces Jesus: Tomás, tú no
has querido fiarte del testimonio que te dí tantas ve–
ces ' quando estaba contigo_' ni del de tus hermanos
· despues de mi Resurreccion , has querido convencerte
: por tus proprios sentidos , has
cre1.doahora , por–
que
me
has visto
y
me has tocado.
Pero dichosos lo.r
que no han visto
,
y
sin embargo han creído.
La
difi–
cultad que tuvo Santo Tomás para creer
la
Resur–
reccion de Jesu-Christo sobre el testimonio de los Dis–
cipulos , no es sin misterio. Como la Resurreccion de
Jesu-Christo es , digamoslo así , como la basa de toda
la
Religion, quiso Dios que tuviesemos sobre este
punto todas las seguridades imaginables ;
y
por eso se
dexó vér tantas veces , se dexó tocar , comió
y
con–
versó familiarmente con sus Discípulos por espacio de
']_Uarenta dias. La incredulidad de Santo Tomás , co–
rno dicen los Santos Padres , sirvió mas que la fé sen–
cilla
y
pronta de todos los otros Discipulos ; quando
uno quiere convencerse de un hecho con pruebas.sen-
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