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VIDA DE CHRISTO .-
a
todos su bendicion. Postrados todos en tierra ,
1o
adoraron; fi' ªl mismo tiempo se fue levantando poco
a
poco·háci
1
el Cielo, viendolo todos, ha ta que en fin
lo perdieron de vista. Entonces fue, quando este Divi–
no Salvador, penetrando en un instante todos los Cielos,
en
medio
de toda la Corte Celestial que habí a sal ido
a
rec ibir
a
su Soberano Señor , fue
a
sentarse como Hijo
único de Dios
a
la diestra de su Padre, en el mismo trono
en donde reyna y reynará mas aHá de todos los siglos
por toda la eternidad, comunicando
a
su sagrada Hu–
manidad toda la plenitud de su gloria.
Todos los A óstofrs y Discipu1os que
lo
habían
visto subir al Cielo po su propria virtud, penetrados
de gozo, abrasados de amor,
y
arrebatados 'de admira.
cion, estaban inmobles en el parage donde los había co–
gido un espeétáculo de tanto gusro para ellos, sin poder
apar tar la vista de la nube que les había q litado de los
ojos
a
su Divino Maestro; hasta que dos Angeles se les
aparecieron en fi gu ra humana , vestí
1
os de blanco ,
y
les dixeron:
(a) Varones de Galilea, ¿qué haceis aqui
mirando al Cielo'? Este 'Je sus que se ha partido de vo_so-–
tros para
el
Cielo, volverá así
como
lo habeis v isto
su–
bir al Cielo.
Hablaban del gran di a del juicio final, en
que Jesu-Christo vendrá
a
juzgar
a
todos los l ombres.
La Santísima Virgen que había asistido
a
la gl ori '·
sa Ascencion de su divino Hijo
a
los Cielos, se
Vü V
ió
con toda aquella santa Comi tiva
a
J erusalén, en
don ~
de , segun la órden de Jesu-Christo , pas ron todo el
tiempo en retiro
y
oracion, hasta que fu eron reve
ti–
dos de la virtud de lo alto, esto es, has ta la baxada d
1
Espíritu Santo , la que sucedió diez dias despues, que
·fue en
el
santo dia dePentecostes.
(a)
Act.
r.
El