SEñOR
NUESTRO.
Empezó su razonamiento por una duJce
y
caritativa
correccio n que les dió como buen Padre
por
la
re–
pugnancia que habían tenido al princip
la mayor
parte de ellos en creer a los que lo habían visto:
abrióles el espíritu , el que hasta enton es habían te–
nido casi todos cerrado
a
las verdades que les había en–
señado: dióles la inteligencia de las
scriluras, espe–
cialmente por lo tocante
a
los misterios de su Muerte
y
Resurreccion. Despues, dirigiendose particularmen–
te
a
los Apostoles , les dixo , que
los
había escogido
para que fuesen testig0s de todas estas verdades, y
las anunciasen por todo el mundo , y para que pr di–
casen la penitencia y la remision de los pecad s
a
todos
los pueblos de la tierra , empezando desde Jerusalén;
que los que creyesen y recibiesen el Bautismo , y tu–
viesen una vida pura , santa , y conforme a las máxi–
mas de su Evangelio, se salvarían ; pero
qu~
los que
no creyesen ,
o
creyendo viviesen poco christianamen–
te, se condenarían. Y para que podais trabajar mas
utilmente en la conversion de los infieles , añadió , os
daré el poder de hacer milagros, de expeler los demo–
nios en mi nombre, y hablar nuevas lenguas, de no te–
mer las mordeduras de las serpientes, ni nada de quan–
to hay de venenoso.
(a)
Finalmente, ·despues de haber–
les prometido enviarles el Espirhu Santo, les mando se
estuvieran algunos di as retirados en Jerusalén , pasan–
do el tiempo en oracion,
y
que no
se
moviesen hasta
que fuesen revestidos de una fuerza que vendria de
lo
alto.(b) Des pues de lo qual les dixo
a
todos, que fuesen
con él al Monte de los Olivos. Luego que hubieron
¡ubido
á
dicho Monte, levanto las manos
y
le~
echó
'
a
(a) Marc.
16.
(b)
Luc.
24.