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SEñOR NUESTRO.
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' soldados una gruesa cantidad de dinero,- para obligar–
los
a
decir en todas partes, que estando
e~s
dormi–
dos , fueron sus Discípulos secretaménte lturante la
,.noche ,
y
se llevaron el cuerpo. Jamás se vió mentira
mas mal
forjada~
sin embargo, una impos tura tan gro–
sera, no dexó de esparcirse entre el vulgo , pero no
todos fueron tan simples gue se lo creyeran. En efecto,
t,qué verisimilitud había en que unas gentes tan tímidas
como los Dicipulos de Jesu-Christo hubiesen tenido
valor para forzar un Cuerpo de Guardia, romper el
· sello .del Príncipe
u
del Magistrado , quitar una pie–
dra de un peso enorme ,
y
llevarse furtivameme un
Cuerpo, y todo esto mediando una Compañia de Sol–
dados , dormidos todos , sin que ninguno se desperta-
.se
?
Pero si todos los Soldados del Cuerpo de Guar–
,dia se duermen en el servicio militar,
t,
qué castigo se
executa en ellos por una culpa,
qu~
así entre los Ju-
'dÍOs como entre todos los Pueblos
del
U
niverso es ir.._
remisible'? t,Se pu.ede imaginar cosa mas grosera, ne–
cedad mas insigne'?
i
Qué visos tiene de Vi!rdad, y no
de patraña,
la
relacion y dicho de los Soldados'? Pi–
latos , aunque pagano , fue mas sincéro en
la
relacion
·que envió al Emperador Tiberio de todo lo que ha.;.
bía
pasado ,
y
no omitió advertirle , que tenia por
·cierto que Jesus había resucitado ; lo que hizo decir
a
Tertuliano , que este gentil habla en esta relacion
como
hubiera podido hablar
un
verdadero fiel.
§.
LXIV.