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D I A

X

x·r.

3

7

¡'

principios del Chtistianis

11:),

ta~11

;1o::o se habla sino segun

las máximas , y las verd.des de la Religion.

Es de admirar q·1e se

pa

iezcan tantas equivocaciones

en

materia de conversion , siendo aú que no hay cosa n1as

visible , que las señales q·te la caracterizan. No solo se tie–

ne horror al pecado ; se tiene por lo ménos otro tan'to

á

las ocasiones de pecar. No solo se huye de la culpa,

sino del lngar,

y

de b persona que sirvió de tentacion.

No solo se destierra el jugador del juego, pero aun de

la casa donde se juega; porque, desengañémonos,

el

que

solo se convierte

á

1nedias, no está verdaderamente con..

vertido.

~Quieres

ver un perfecto retrato de una verdadera con·

version ? Pues pon los ojos en la Magdalena. Detesta sus

culpas;

y

como el n1otivo de su dolor es

el

amor de su

Dios , no guarda medidas ;

y

así se la perdonan todos sus _

pecados , porque amó mucho. No se avergonzó de ser

pecadora ; pero se avergüenza- mucho ménos de parecer

arrepentida. Arrójase

á

los pies del Salvador en la misma

sala del convite : no busca ocasion de que no la vean,

antes quiere en ienda todo

el

n1undo que está ya conver–

tida. Es gran e su confusion; pero es mucho 1nayor su

resolucion,

y

su aliento.

Y

despues de este paso, ¡qué

vida

fu~

la suya! ¡Qué perseverancia en ella!

Ya no se aparta 1na.s- del lado de Jesu-Christo

:

mira

con horror al 1nundo, y desea que

el

mundo la mi re con

horror á ella. Su devocion 'no está · pendiente de !a pros–

peridad; en todos

ti

empos es su fervor inalterable. Sigue

al Salvador no solo hasta el Calvario , sino hasta

el

Se–

pulcro. Tanto excitan su amor las ignominias q11e

Chris~

to padece, con1o los milagros que hace. ¡Qué deseo!

¡

Q11é

ardor! ¡Qué ansia por hurtar , si pudiera, el Cuerpo de

tsu

Divino Maestro despues de sepultado!

Ni

la enonne,

y pesadJ. piedra del sepulcro ;

ni

el sello del Príncipe ;

ni

la

Compañía de Soldados que le guardaban son capaces de

templar su fervor , de desalentar su animosidad. Así pien..

sa ,

así obra , así

se

muestra sien1pre una n1isma alma

verdaderamente convertida. ConcLlyamos de

aq ~lÍ,

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Aaa

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hay