C A PITULO L VI.
impleamur ebriet ate : et erit si–
cut hodie , sic et eras , et multo
amplius.
recooocerse
y
de volver !obre sf , se alien–
tan un os a otros , y diceo: Venid,
y
nos
entregaremos al vino , que si hoy hemos
pasado on dia alegre , mafiana lo pasa–
remos del mismo modo , o mucho mas
e hincharnonos de embriaguez : y
sera corno hoy , a
1
tacnbien ma–
fiana , y
~ucho
mas.
al egre. P ueden considerarse tam ien co–
mo palabras de! Propheta , p ra dar
a
emender ,
e cada dia iban de mal en
p eor estos
1ombres impios
obstinan–
dose mas
y
mas en sus pecados.
CAPITULO
L VI
I.
E l Senor reprehende la .frisensibi lidad de su Pueblo en no ate11der
a
stir
amenazas que van a cump/irse. L es afea sus impie.dades
y
su t rat o
con los Pueblos iddlatras. Promete la paz a los que se convert iray;
pero de ella seran excluidos los obstinados.
1
Justus peri t , et non .est
qui recogitct
in
corde suo : et
vi ri misericord iae
colliguntur,
quia non est qui intelligat : a
facie enim malitiae colletl:us est
i ustus.
2
Veniat pax , requiescat
in
cubili suo qui ambulavit in di–
i-eCtione sua.
3
Vos autem accedite hue,
fili i auguratricis ;
semen adul–
teri et fornicariae.
•
P arece que el
ropbeta habla aqu1
en
un sentido general : Los justos, dice,
y
hombres de piedad son arrebatados de
t ste muodo ,
y
recogidos"
a
sus padres
por l muerte ,
y
no hay quieo haga re–
flex~on
sobre esto. El Sefi.o r los ar rebata
y
se los lleva, lo que es sefial de su · an–
de indignacion contra un Pueblo ,
y
q ue
l e
q
'ere castigar severaiuenre , porque
no v
n ni sean testi gos de las grandes
calamidades que han de venir sobre
el.
A
1
lo ha exe utado repetida veces con
machos Santos . La palabra
malicit!t
pue–
de significa r loi pecoidos publicos qae ir–
ritan
la
colera divina : puede t ambien
~ignific~r
loi
m~lci
y
cablmidades con
1
E1
justo perece
y
no hay
ninguno que cons1 ere en su co–
razon :
y
los varones de piedad
son r
ecogidos, porque no hay
qu.ien
entien.da:porq
ue
recogido
es
eljustoantesquevenga la malicia
1 •
~
V enga
la
paz, repose en su
!echo
el
~ue
anduvo en su reCti–
tud
2 •
3
Mas vosotros , hijos de
la
agorera
3 ,
llegaos aca; generacion
de adultero
y
de
prostitu ida.
qu e el Senor
lo
castiga. Algunos creen
que este
J usto
cs
J osias , que muri6 ea
una batalla ,
y
se lo llev6 el Senor para
qoe
1
o viese la ruina de Jerusalem.
1v.
Reg. x r r.
20 .
Pero mas comunmente se
expone
~sto
de
J
esu Christo , a quien los
mismos
J
udfos hicieroo morir,
y
su muer–
te
foe
el
fin
de ms humill aciones .
:l
Mas por lo que toca
a
est
·ustos
y
hombres que caminaron .en retl:itud, go–
zarin una paz eterna en la vida venidera.
J
Los
u :x.
leyeron:
HiJos de iniqui–
dad,
en luga r de
auguratricis.
Morado–
res de J erusalem , enrregados a los agiie–
ros
y
sapersticiones , bijos de unos pa–
drei adulteros ,
vendidos
a
la
idolatria. ,