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ADVERTENCI.'!A.
t ado de espfritu
propl~et\co.
en grado emincnth imo , admirable por Ia variedacl de
sus visiones , por la .
su~·li~1id ad
de. Jos semidos
y
pensamientos , por la . fu ei·za de
·sus demostraciones ,
·y
finalmente por la magestad de su es tilo sublime y eloqiien–
te , que levanta
o
deprime , acomodandolo .a la variedad
y
circunstll ncias de los
tiempos en que se encontraban , o
a
la condicion de los Reyes con quienes con–
versaba , segnn ·eran impios , apostatas , virtuosos , pios o de medianas qu alidades.
En
es.teLibro se halla la subs tancia o compe'ndio de tod as sus exhortaciooes e in–
vell:ivas que pueden reducf::se a Jos dos puntos principales , que abrazan los tiem–
pos de
Ley y del Evangelia. En el primero descubre , reprehende
y
condeoa
con la mayo r severidad Ios pecados del Pueblo en toda suerte
y
condicion de
personas : en el segundo ·aplica a los verd aderamente arrepe,ntidos,
y
al pequefio
m'tmero de los escogidos , el t1nico rernedio de la gracia de Dios , y el consuelo
de la promesa de la redencion eterna por medio de J esu Christo. Y aunque estos ·
dos puotos se hallan reunidos en casi todos las Capfrulos de esta Prophecfa.; es–
to no obstan te se advierte una snblimidad asorribrosa e inimitable en todo
lo
que
to·ca al Messfas , al paso que sobresale su vehemencia
y
zelo , quando estimulado
de la m?licia de! Pueblo
le da en rostro con sos mas sacrilegas abominaciones.
Le anuncia
y
amen aza con los· m'h5
terribles males
y
calamidades con que Dios
le habia de empezar a castigar desde luego por medio de los · Caldeos ;
y
par~
rnoverle .mas eV.cazmente
le pone delante los
imponder~bles
bienes y
felicidades
q ue habia de acarrear a la Iglesia universal la venida del Messfas.
D e este habla con tanta claridad
y
magnificencia en machos lugares , ya por
lo que mira a su Divinidad ,
ya
tambien a su N acimiento en came de una Vir–
gen : al oficio de Redeo tor , a su doll:rina , acciones , sufrimientos , gloria
y
be–
neficios ·,
y
pri ncipalmen te a lo-s clones de su Divino Espiritu que habia de derra–
ma r sobre su I glesia ; que con much a razon San Geronymo al principio de su Co–
mentario no duda decir qge ie expondria de ta! modo , que compareciese no so–
lamente en. trage de Propheta , • sino de Apostol
y
de Evange lista : elogio muy
·conforme a lo que del mismo insinua el Espiritu Santo en el
Eclesitfstico
XLVIII.
25 .
27.
28.
.
Todas estas cosas anuncia no solamente a los Judf°' , sino tambien indiferen–
temente a todas las Naciones ,
las quales a
Ia
venida de! Messfas habian de ser
ingeridas en el cuerp:> de la Igles ia ; as! como tambien habja intimado a muchas
de ellas sever1simos cast1gos y
jnicios de Dios , templfod_;lor con la promesa de
Ia
~racia
en Christo Mcia todas. Pero carga sobre todo a los Baby lonios, los quales por
.su soberbia e implacable persecucion contra la I glesia , representabao el Reyno del
mundo , del Antechristo
y
de stfs sequaces , condenados a etcrna perdicion con su
.cabeza
y
caudillo el di ablo : sos abominables
fJ~echos
se descr iben con .
I.osmas vi–
vo , . colores en machos
lugares de este Libro. Y se anuncia
la ruina de aqoel
Im
' ~rio
de los Caldeos,
y
Ia libertad de los Israelitas por medio del Rev Cyro,
que Se sefia!a
COD SU
propio nombre
J
aun cien afios antes de }1abe1· el nacido.
Isaias fue un Princi pe de la sangre de los Reyes de la casa de David : su
padre se llamo Amos , que fue hermano de Amasfas R ey de Juda. Comenzo a
propherizar, ·segun San Geronymo , el afio
2
5. del Reyno de Ozfas R ey de Ju–
di ,
cerca de ochocien tos antes de
la venida de
J
e~u
Christo ,
y
contitmo ha-