CAP ITU LO XVII.
221
26
Non demoreris in errore
impiorum , ante mortem confi–
tere. A mortuo quasi nihil, pe–
rit confessio.
27
Confiteberis vivens , vi–
vus et sanus confiteberis, et lau–
dabis Deu
rn ,
et glotiaberis in
miserationibus illius.
28
1Quam magna misericor–
dia Domini et propitiatio
il–
lius , convertentibus ad se
!
2
9 N ec enim omnia pos–
su nt esse in hominibus , quo–
niam non est immortalis filius
horninis , .et in vanitate mali–
tiae placuerunt.
30,
i
Quid lucidius Sole
?
et
hie deficiet.
i
Aut quid ne–
quius quam quod excogitavit
caro et sanguis
'?
et hoc ar–
guetur.
31
Virtutem altitudinis Cae–
li
ipse conspicit : et omnes ho–
mines terra et cinis.
z
Porque el muerto ,
si
mientras que
vivi6 no procur6 dar gloria a Dios con
sus buenas obras , no pG>dra suplir des–
pucs este descuido ' y sera para esto co–
mo
sino ex1stiese, por quanto d es pues
de esta vid
no hay ya lugar de mere–
cer : y tambien porque si el p ecador se
c;:ondena ppr sus
peca~os
, en el infiemo
no es Dios alabado , sino blasphemado.
El Griego
v~
iO'T~
Tit;
cdvfoH
Ev
~oov;
d.vTl
~WVTWV
''
>I.CdOtOOVTWV
av0oµ.o.A6y~atv;
~al
Altfsimo q
uienalabara en el sepulcro.
en lugar de /os vfvos,
y
de los que a una
le dan confesion.
Vease el
Psalm.
cxrrr.
3
Porque los hombres son imperfec–
tos , flacos , mudables , miserables , y su
natural propension les inclina
a
la vani–
dad
y
al mal.
Genes. v
III.
2
I.
3
Como si dixera :
~Que
cos a mas her..
mosa
y
brillante que el Sol? y con todo
eso tiene sus manchas , y padece sus e–
clipses :
~
pues que hay que maravillar que
las teoga el pecador, que no
hay
cosa
2~
No hagas asiento en el er–
ror de los malos, antes de la muer–
te dale gloria. Porque como nada
perece la alabanza del muerto
1 •
27 Alabarle.has viviendo, vi–
vo
y
sano confiesale,
y
alaba a
Dios ,
y
Iodate en sus mise–
cordias.
28
i
Quan grande es
~a
mise–
ricordia del Senor y su clemencia,
para con
losqu~
a
el
seconvierten
!
29
Pues no todo se puede ha–
llar en los hombres
2
,
por quan–
to no es inmortal el hijo del hom–
bre,
y
se complacen ellos en la
vanidad de la malicia.
30
iQue cosa hay mas resplan–
dec ·ente
3
que el Sol? pues aun es–
te se eclipsa. iO que cosa peorque
lo que pens6 la carne y la saogre?
pues esto sera castigado.
3 r
El
mira
4
la virtud de la
altura del Cielo :
y
todos los
hombres son tierra
y
ceniza.
peor que
el '
inclinado naturalmente al
mal , y que sigue las sugestione.s de
la
came , de la concupiscencia y de su na"""'
turaleza viciada? Mas no por eso entien–
da que quedaran sin castigo sus excesos,
y
que la fiaqueza
a
que esta sujeto
el
hombre le librara de la pena que merece.
4
El Sol como
rincipe de todo.s los
aitros
y
plaoaas que hay en el Ci elo,
los domina , briLla entre todos ; y con
todo em se obscurece , y tiene sus eclip–
ses : · ues que hay que esperar del hom·
bre ..
e es tierra
y
ceniza?
~que
sera la
pureza y justicia del hombre, comparada
con la de Di os?
~
c6mo podran subsistif
en su presencia los pensamientos de
un
hombre , que no es sino carne
y
sangre?
El
registra debaxo de
il
todo lo mayor
que hay en lo mas alto de los
Cielos~
( pues qne pueden ser delante d e el todos
fos hombres , que en su origen son tier–
ra' y que por ultimo seran reducidos a–
tendida su condicion a polvo
y
a ceniza?