EL CANTICO
DE
LOS
CANT
I
COS
DE
SAL 0 M
6
N.
•
CAPITULO
I.
Este C!tntico es todo mystico, y explica el incomparable amor de Christo
a su Esposa la Iglesia, y el de esta a su Esposo Jesu ChristfJ.
•
I
or is
~sculetur
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osculo
sui : quia · tneliora
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Beseme el con el 6scu–
lo
de
su boca
1
:
porque tus pe-
-
~~-J
•
La Esposa , de quien
~e
habia au–
sentado el Esposo , haciendo prueba de
su amor
y
fidel·idad , es la que comien–
za a hablar en este Capltulo. Esta ausen–
cia ' y el deseo de volverle a ver ' la te–
nian en tan grande congoja , que cayendo
en freqiientes deliquios , no suspiraba por
otra cosa, que pot: la presencia de su Es–
poso ,
y
p or alguoa de sus acostumbradas
car icias , para verse libre de la pena
y
angu ti a que padecia. Volviendose pues a
sus . compafieras , Jes dice : Veisme mo–
rir sin consuelo, porque mi alma.no es-
l.e:j ,
.
migo , sino con aquel que es todo
,
,~ 1
embeleso. El se me ha ausentado, sin
c!idarse , al parecer, de! desfa llecimien–
to en que me dexa :
j
0
si logra ra yo
ahora que aplicase sus labio
los mios;
pues solo es to bastaria para restit ui rme la
vida que me ti ene
!
Aquellas palabras,
de
su boca ,
son
emphatic~\ S;
como si di xe ra:
No quiero otros regalos, sino los de a–
quel a qui en unicamente amo. Estas son
ansias de una al ma dulcemente enamorada
de su Esposo
J
esu Christo , la qua! c re–
yendo que se le ha ausen tado, suspira por
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