CAPITULO XXII.
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J;>omini succénsa ést contra nos;
quía non audierunt patres no–
stri verba Libri húius , ut fa–
cerent omne quod scriptum est
nobis.
14
lerunt
haque
Helcias
Sacerdos , et Ahicam et Acho-
. bor
et Saphan et Asai:a ad
Holdam Prophetidem , uxorem
Sellum filii Thecuae , :filii Araas
custodis vestium , quae habita–
bat in
lerusalem
in
Secunda~
locutique sunt ad eam.
.
15 Et lila tespondit eis: Haec
dicit Dominus Deus Israel :Di–
cite viro qui mlsit vos ad me:
16 Haec dicit Dominus:
Ec–
ce ego adducam mala super lo–
curo istum et super habitatores
eius, omnia verba Legis quae
legit Rex luda :
cendido contra nosotros
r
;
por
quanto no es_cucharon nues
tros p,a–dres las palabras. de este
Lib.ro,
para hacer todo lq.que fué
escritopara nosotros.
14
Fueron pues Helcías el Sa–
éerdote,y Ahicám y Acobór y Sa–
phán y Asaías a buscar a Halda
z
Prophetisa , muger de Selúm hijo
de Thécua, hijo de Araas Guarda–
ropa, la qual habitaba ert Jerusa–
lem ert la Seguncfu
3 :
y hablaron
con ella.
15 Y elia les respóndió: Esto
dice el Señor Dios de Israél: De–
cid al varon que os ha enviado a
mí:
r6 Esto dice el Señor : He a–
qul yo Voy a traer males sobre es–
te lugar y sobre sus moradores,
segun todas las palabras
4
de la
Ley que ha leido el Rey de
J
udá
z
~
• Causa verdaderametlte
a<lmiracio~,
cómo un Prlndpe tan piadoso pudiese
quedar espantado al oir las amenazas que
se.contienen en el
Deuteronomio,
y se–
ñaladamente en los
Cap.
vr r r. xx rx.
r
xxx.
como de una coa
nuev~
para él,
por qu_anto la lcaura de este Libro debia
serie
familiar,.Dettteron.
xvu.
18.
Pero
J
osfas no tenia
co~oclmiento
del Deute–
ronortíio en el año diez y ocho de srt rey–
nado. Los Libros santos habían padecido
un grandg descuido
y
abandono en los
reynados 'ptecedentes: las copias de es–
tos eran muy raras. Los que temlan a
Dios ,
y
los teriian , los leían en particu–
lar. Los Sacerdotes, que por su estade
eran los depositarios
y
los intérpretes, vi–
vían olvidados de explicarlos al Pueblo,
y de leerlos ellos mismos para aprender
allí la voluntad de Dios. Se sabtan por
mayor las ordenanzas de la Ley , y se
habian gobernado en lo exterior del culto
divino , por una especie de rradicion que
se había conservado entre los Saéerdotes
y Levitas. J osías que habia .sido criada
por un padre impío ,
y
puesto sobre el
throno en la edad de ocho años , no había
tenido cerca de si Sacerdotes zel_osos que
le pusiesen en Ja mano la Ley del Señor,
y que le ex-borrasen a estudiarla. Esta es
la causa del asombro que causó al Rey
Josías la Ieaura del Deuteronomio¡
y
así,
cotejando lo que al)í e mandaba , con lo
que habían hecho
po~
la mayor parte los
Reyes sus predecesores ,
y
reflexionando
las terribles amenazas que se fulminaban
contra los transgresores , se llenó todo de
un santo temor ,
y
.envió luego a consul•
tar al Señor por la Prophetisa Holda.
• De esta Prophetisa nada mas sabe–
mos. Como los Prophetas eran los intér–
pretes de la Ley en la S_¡¡nagoga , lo son
Jos Santos Padres en la Iglesia.
3
En el segundo muro o recinto
1
que
algunos quieren que hizo fabricar Eze–
quías ,
rr.Paralip. xxxn.
5· o mas bien
Manassés.
11.
Paralip.
xtv.
Otros preten–
den que fuese nombre de uno de los quar–
teles de Jerusalem. Otros finalmente tras–
ladan el Hebreo
:']~~~
b<Jmmisclmé!t,
m
(/ estudio
,
o casa de doéb¡¡jna , que era
donde se juntaban los Doébores a confe–
rir sobre doarina
y
negocios de religion,
de que hace mencion SoPHONJAS
1. 10.
Véase S.
GBRÓNYMO
sobre este lugar.
•
Esto es, rodas las amenazas
y
castigos.