eAPITULO X.
z
R eligiosus , ac timens
D eum cum omni domo sua,
faciens eleemosynas multas ple–
bi , et deprecans D eum sem–
per.
3 Is vidi t in visu manife–
ste , quasi hora diei nona , An–
gelum D ei introeu ntem ad se,
et dicentem sibi : Corneli.
4 At ille intuens eum , ti–
more correptus , di xit : ¿Quid
est , Domine? Dixit autem il–
li : Orationes tuae et eleemo–
synae tuae ascenderu nt in rne–
moriam in conspeél:u Dei.
s
E t nunc mitte vi ros in
Joppen , et accersi Simonem
quemdam , qui cognominatur
Petrus :
a
6 Hic hospitatur apud Si–
rnonem quemdam coriarium , cuse
ius est domus iuxta mare : hic
dicet tibi
quid~
oporteat fa-
cere.
7 Et cum d isc.essisset Ange·
lus , qui loquebatur illi , voca–
vit duos domesticas suos , et
mi1item metuentem Dominum
ex his qui illi parebant.
8 Quibus cum narrasset om–
nia , misit illos in loppen.
9 Postera aurem die iter illis
facientibus , et appropinquanti–
bus Civitati , ascenw Petrus, in
1
Tres horas despucs de medio dia.
Quiere decir : Dios ha tenido pre–
sentes tus oraciones
y
limosnas. .Es una
fnsc hebrea, tomada del humo
y
del olor
'1uc subia arriba del incienso
y
de
bs
\'ÍC–
tunas que se quemaban; en Jo qua! se rc–
Jlrcscman las oraciones
y
las buenas obras.
P !tilippms.
1v.
18.
Es
neccs:uio
que tu–
\'ÍC)\!
IC
,
porque ,¡n
ella ninguna cosa
2
Religioso y temeroso de
Dios con toda su casa , que hacia
muchas limosnas al pueblo , y es–
taba orando a Dios
incesante~
mente.
3 Este vió en vision manifies–
tamente , corno a eso de la hora de
nona ' , un Ángel de Dios que en·
traba a él,y que ledecia: Cornelio.
4 Y él fixando en él los
ojos, penetrado de temor , di,
xo : ¿Qué es , Señor? Y dixole :
Tus oraciones y tus 1imosnas han
subido en memoria delante de
Dios
2
•
s
Envía pues ahora hombres
a J ope , y haz ven ir acá a un
<;>ierto Simon, que tiene por so–
brenombre Pedro:
6 Este posa en casa de un
cierto Simon curtidor, que tie–
ne su casa junto a la ma r : él
te dirá lo que te conviene ha–
cer.
, 7 Y luego que se retiró el
Angel, que le hab.laba, llamó a
dos de sus domésticos,
y
a un sol··
dado temeroso de Dios ' de aque–
llos que estaban a sus órdenes.
~
Y habiéndoles contado to–
do esto, enviólos a J ope.
9 Y el dia siguien te, como
ellos caminasen, y estuviesen ya
cerca de la Ciudad , subió Pedro
ag~.tda
a Dios. D.
PAUL.
ad
H~br~
XTTt.
6.
Y
como ya se
promulg.tba
el
Evan–
gelio
,
le era necesario el creer expresa–
mente en Jesu Chrisro. ' réase S.
THoM.
l . 2.
Quaat .
.J'.
Art.
IV.
J
.Digno por esto del cariño
y
con–
fianza de un Capiran , que era tarnbicu
temeroso de D ios. El Griego a
CHC
Solda–
do le d.í. el cpirhcto de
pio.
•