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EPISTOLA II. DE S.PABLO
A
TIMOTHEO.
Eunice : ccrtus sum a utem quod
et in te.
.
6 Propter quam causam ad–
mon.eote, ut re.suscites gratiam
D ei , quae est in te per impo–
sirionem manuum mearum.
7 Non • enim dedit nobis
D eus spiritum timoris, sed vir–
tu tis et dileél:ionis et sobrie–
ta tis :
8 Noli itaque erubescere
testimooium D ornini nostri, ne–
que me vinél:um eius : sed col–
labora Eva ngelio secundum vir–
tutem
D~i:
9
Q.uinos Jiberavit et vo–
cavit vocatione sua sanéta
t>,
non
secundutn opera nostra, sed ser
cu nd um propositum suut..l et g ra–
tiam quae data est nobis in Chri–
sro le u ante tempora saecuJaria.
10
":c~: 'l nife s tata
est autem -
1
JJ:~s
dos eran Hcbréas de nacion ,
y
Christir~o:ts
de profesion. Le pone delan–
te estos cxemplos domésticos de virtud
y
de fe , para que le sirviesen de eso–
mulo.
El
rcx¿o
Griego pone
~v«{GJ?rllftí'v,
que significa
ltvivar
1'1
fut'go.
El
ruego
que está cubierto de ceniza , ni alumbra
ni
d.1
calor : del mismo modo los dones
de D ios , que no se excitan
y
avivan con
b oracion
y
la mcditacion de las sagra–
das Escrituras , nc pueden ser útiles al
pi'Óximo :
y
esro
mir~yrincipalmente
·a los Obispos
y
Prelados Eclesiásticos.
El
CnRYSÓSTOMO
H omil.
r.
3
A
los
que
ha escogido
¡>Qr
Minis–
tros del Evangelio , no les
ha
d;1do es–
píritu de remar o de respeto mundano,
1ino de fort.tleza , p:ua hacer frente a
to–
das las dificultades
y
peligros : de cari–
dad , para
busc<~r
la
gloria de Dios
en
todas L1s ocasiones ;
y
de moderacion,
prudencía, sabiduría
y
templanza , para
a
Rom.-m.
VIII.
I f.
Eunice ' ;
y
estoy cierto , que
cambien en tí.
6 Porlo que te amonesto, que
a vives • Ja g ra.cia de Dios que ha
y
en
tí
por la imposicion de mis
manos :
7 Porque D ios
3
no nos dió
espíritu de t emor ; sino de forta–
leza y de caridad y de templan–
za:
8 Por tanto no te avergüen–
ces del testimonio de nuestro Se–
ñor •, ni de mi que soy su preso:
ántes trabaja conmigo en elEvan–
gelio
5
segun la virtud de Dios :
9 Que nos libró y llamó con
su santa vocacion, no segun nues–
tras obras , sino segun su propó–
sito~
y
gracia que. nos ha sido da–
da en
J
esu Chrwto ánlles de los
tiempos seglares •.
10
Y que ahora ha sido roa-
gobernar bien
la
grey que les ha sido
Confiada. THEODORETO.
4
Confesándole en todos los lances
que te se presenten , auoquc por ello de–
b'}s sufrir las mayores ignominias
y
la
m1sma muerte , asegurado de que ésta se-–
rá tu mayor gloria , como puedes creer
que lo es para
mí
J;:¡ cadena que al pre–
sente arrasuo por la misma causa.
Ephes.
I r I.
13.
San Pablo estaba
a
la
sazon pre–
so en Roma.
El
testimonio del Señor es
el
que Chrisro en la Cruz dió al Padre,
jr
los ChristiMios padeciendo
a su imi–
tacion. El Cr-IRYSÓSTOMO
H otnil.
IT.
s
T. Gr.
C7Vi'lt5t-'"':'ll'~..hcror,
compndéceU
conmigo
de los males que padece elEvan–
gelio , o de Jos que padecen por elEvan–
gelio. El Apósrol habla del Evangelio,
como de una persona que padece en quan–
to es perseouido de los Infieles.
6
Que Dios de toda eternidad decre–
tó darnos por los méritos de J esu Chris–
to.
S.
TnoMAS
L eE/.
JII.
b Tit.
III.
5.