CAPITULO
J.
nunc per illuminationem Salva–
t oris nostri lesu Christi , qui
d estruxit quidem mortem, illu–
minavit autem vitam et incor–
ruptionem per Evangelium:
11
ln quo • positus sum ego
Praedicator et Apostolus et
Magíster G entium.
12 .
Ob quam qusam etiam
haec patior ; sed non confun–
dor. Scio enim cui credidi , et
certus sum quía potens est de–
posi tum meum servare jn
il–
lum diem.
13 F ormam habe sanorum
verborum, quae a me audisti in
fide et in dileétione in C hristo
~~~
.
14 Bonum c¡epositum costo–
di per Spi ritum
~anétum ,
qui
habitat in nobis.
15 Seis hoc quod aversi sunt
a me omnes, qui
ro
Asia sun t,
ex quibus est P higellus et Her-
• mogenes.
16 D et misericordiam Do–
min us ' Onesiphori domui: quía
1
T . Gr,
J"¡;}.
'TÍÍ>
f'mq,ctvtfct.S" ,por lama–
r~i
/estari.on.
El Ap6stol señala aquí dos
causas de nuestra salvacion , que son
la
predc_stinacion o propósito eterno , que
tuvo Dios de usar con nosorros de mise–
l'icordi.J ,
y
la gracia justific!nte
¡
porque
2sí como Dios quiso nuestra salvacion,
quiso rambicn el modo con
<]UC
pudiesc–
mo:s llega.r a lograrla ; no precisamente
por nuestras
obr.ts, sino por la
gr:~cia
de •
J csu Christo. Asi lo observa S. TRo–
)ttAs
1.
Part. Qunat.
XXIII.
Art.v.
2
MS.
E 1 mio cousedijo.
Esto es , la
corona de Ll vida eterna , que
me
he ga–
nldo por
mi~ trab<~jos
,
y
de la qual el
mismo Dios es
el
Depositario. Otros por
Depo.tit&~rio
entienden
b
fe
y
la--tan3
doc-
a r.
Timoth.
r
r.
1·
ni festada por la apanc10n
1
de
nuestro Sal vador J esu Christo, el
qua! destruyó en verdad la muer–
te, y sacó a luz la vida y la in–
mortalidad por el E van gelio:
1 1
En el que yo he sido pues–
to Predicador
y
Apóstol
y
MaéS'–
tro de las G entes.
12
Por cuya causa tambien
padezco esto ; mas no me a-.rer–
güenzo. Porque sé a quien he creí–
d o, y estoy cierto de que es po–
deroso pa ra gua rd a,r mi depósi–
to • pa ra aquel dia.
13 Gua rda la forma de las sa–
nas palabras que me has oído en
la
fe
y
amor
3
en J esu Chris-
to.
•
14 Guarda el buen depósi–
to
4
por el E spírit>J SanJQ;;, que
<ttnora en nosotros.
,_. ·
15 Sabes esto , que se han
apartado de mí todos los que es–
tá n en el Asia
s :
de los quales es
Phigelo
y
Hermógenes.
16 El Señor haga merced a
la casa de Onesíphoro
6 :
porque
rrina que le habia encomendado. T nno–
PHYL ACTO.
3
Que nos enlaza unos con otros , co–
mo miembros
de
un mismo cuerpo ,
y
a
todos con Jcsu
Christ~,
como los
miem–
bros a su cabez,
• La
doéhina pura del Evangelio.
5
No imites a los fieles del Asi:-t , que
estaban aquí en Roma ; los quales aver–
gonzados por verme así en prisiones , o
temerosos de
la
persecucion, se me hicie!..
ron contrarios ,
y
me abandonaron ente–
ramente.
6
Esta manera de hablar del Ap6stol,
y
lo que añade en el Y.
t
8. parece que
demut!stra, que Onesíphoro
h;~bia
ya muer–
to. Su memoria se celebra como de Már-
b lnfra rv.
.
19.