CAPITULO XII.
28 Pater , clarifica• nomen
tuum. Yenit ergo vox de. Cae–
lo : Et clarificavi , et iterum
claríficabo. ·
,
29 Turba ergo, quae. stabat, ·
et audíerat , dicebat tonitJ;pum
esse faél:um. Alii dicebant: An–
gelus ei locutus est.
30 Respondit Iesus ,
$
di–
xít : Non propter me haec vox
venir, sed
propt.ervos.
31
N une iu.diciurn est 'rnun–
dí : nunc Princeps huius mundi
eíicíetur foras.
32 Et ego si exaltatuCl fue–
ro a terra , omnia traham ad
meípsurn.
33 Hoc autem dícebat , si–
g nificans qua morte esset mori–
turus.
34 Respondit eí turba: Nos·
audivímus • ex Lege, quia Chri-
po que era Dios , era tambien verdade–
ro hombre
1
y
como tal sujeto voluntaria–
mente a las miserias de nuestra naturale–
za, excepto el pecado. ¿Qué-diré yo? di–
ce
el
Señor,
¿qué
pediré
yo
a mi Padre?
¿que me libre de la Inuerre
y
de los tor–
mentos que me esperan?
¿
M'Sil
no soy yo
el gue voluntaria
y
deliberaO'amente he
deseado que llegue esta hora ,
y
que por
esta razon he vuelto a Jer'usalcm para en–
tregarme en manos de mis enemigos?
y
así , Padre mio , glorificad vuestro
nom~
bre ;
y
vuestro H ijo único sea entregado
a la muerre
,
· puesto que de ella ha de re–
:sultar tan grande gloria a vuestro nombre
y
al suyo.
[
Ya lo heglorificado
con tu vida , con
tus milagros , con tus viél:orias , con
tu
obediencia ;
y
mucho mas
lo glorificar¿
aun con m Muerte , con
tu
R esurrec–
cion ;
y
coh la de todos los que estaban
muertos en Adam por
el
pecado. Esta voz
que se oyó con asombro y claridad , era
la voz del Pádre que respo.Alia al Hijo,
28 Padre , glo-rifica tu nom–
bre. Entónces vino una voz del
Cielo, que dixo: Ya lo he glori–
ficado,
y
lo glorifica ré otra vez '.
29 Las gentes , que estaban
allí , quando oyeron la
voz
,
de–
cian que había sic;Jo
0
un
tr~P~O.
Otros decían :Un Angel le ha'61ó.
30 Respondió J esus , y dixo:
No ha venido esta voz por mí,
sino
por vosotros •.
<."1
31
Ahora es el juicio del muq–
do : ahora será lanzado fuera
3
el
P ríncipe de este mundo.
)
32 Y si yo fuere alzado de la
tierra , todo lo atraeré a mí mis-
rno
4.
33 Y decía esto , para mos–
trar de qué muerte había de rno-
ú;.
.
.
34 l R espondióle la gente: No–
sotros habernos oído de la Ley
s:
para que todos conociesen que su volun–
tad era perfeél:ameme conforme a la dr-.
Hijo.
'
2
Para que conozCais que soy verda–
deramente Hijo de Dios.
3
Ahora se
vá
a tratar la causa de to–
do el mundo : y elo:lemonio que hizo es–
clavos suyos
~or
el pecado a todos los
hombres
,
vá a ser vencido
y
arrojado de
su throno , dando yo mi Sangrr- por pre–
cio de la libertad <!el género hu1ano.
De
~
manera que quando fuere elevado sobre
la.
Cruz , todo lo arrastraré y llevaré
a mí.
4
T.
Gr.
?l'<fr1~ ,
a todos ,
tanto Ju–
díos como Gentiles.
.,s
Por
la L ey
se deben entender
los
Prophetas
y
toda la Sagrada Escritura.
Los que hicierr....:i esta réf5'lica , entendie–
ron las
1
palabras del Seiior en el mismo
sentido en que las J'rofirió ,
y
así le hacen
esta objecion : ¿Como dices que es nece–
sario que
el
Hij~dcl
hombre sea elevado
en la
~z
y
muera en ella , si
DANIEL
VII. 14.
y
toda
la
EscritUra dice , que
el
a Psalm. crx.
4·
et
c~v1.
:}.
Isni~ ~L.
6.
E z"h.
x.r~vr
1.
25.
Tom. I .
Xxx