CAPITULO IX.
~uro
rtlihi posuit super oculos,
do puso sobre mis ojos, lavéme,
et lav i , ,et video.
.
y
veo.
16
Dicebant ergo ex Phari-
16
Y decian algunos de los
sacis quidam: Non est hic ho-
Pharlséos : Este hombre que no
mo a Deo , qui Sabbatum non
guarda el Sábado , no es de
custodie. Alii autem diceb$.nt:
Dios. Y otros decl3&1 : ¿Cómo
¿Quomodo potest horno pecca-
puede un hombre pecador ha
r
tor haec signa facere? Et schis-
estos milagros? Y babia disen-
ma era t ínter eos.
sion entre ellos.
~
17 Di cunt
ergo caeco
ite·
17 DiKéronle otra vez al cie·
;Tum : ¿Tu quid dic;is de ill<), qui
go: ¿Y tú qué dices de aquel, que
aperuit oculos tuos? lile a ute.m
a~
rió tus ojos? Y dixo él: Que es
dixit: Q uia Propheta est.
Propheta '.
18
Non crediderunt
ergo
18 Mas los Judíos no creye-
ludaei de illo, quía caecus"'fuis-
r '::1' de él, que hubiese sido ciego,
set, et vidisset, donec vocave-
y
que hubiese recibido la vista,
runt pa rentes eius , · qui vide-
' hastaquellama ronalospadresde
rat:
aquel que babia recibido la vista:
19
E t
interrogaverunt eos,
19 Y -preguntá ronles, y di-
dicentes : ¿Hic est filius vester,
xeron
:i
¿Es este vuestro hijo,
quem vos dicltis quía caecus na-
el que vosotros decís que na-
3
tus est? ¿Quomodo ergo nunc vi-
ció ciego? ¿Pues cómo vé abo-
det?
ra
"- ?
20
Responderunt eis paren-
20
Respondléronles sus pa-
tes eius , et di xerunt : Scimus
dres ,
y
dixeron : Sabemos que ·
guia hic est fil ius noster ,. et
este es nuestro hijo, y que na-
quía caecus na tus est; .-
ció ciego;
21
Quomodo a utem nunc vi-
2 1
Mas no sabemos c6mo
deat ·, nescimus : .aut quis ' eius
ahora tenga vista : o qu ién le
ape ruit oculos , nos
1
cimus:
al:>rió los ojos, ntJsotros no lo sa-
ipsum interroga re : aetatem ha-
hemos : preguntadlo a él : edad
bet, ipse de se loquatur.
tiene, que hable él de sí mismo.
22
Haec dixerunt ·pa rentes
22
Esto dixeron los
~adres
ei us , quoniam
timeba nt
Iu- -
d el ciego, porque temían a los
daeos : iam
enim conspi'rave-
Judíos: porque ya habí an acor-
rant ludaei , ut si quis eum con-
dado los Judíos, que si alguno
~~
Un hombre santo , un hombre emi–
nente en ''irtud
y
en doél:rina ,
w1
envia–
do de Dios.
2
L.1
pregunta que
h:tcen d!í. bien a
entender la"'ycspuest:. que buscaban. Que–
rian pues sin duda que o dixe; en que no
era aquel su hijo , o que no haOia nacido
ciego
fo~~. l-~e
les
b~naba
para
dlsmi.nui.r
.
el crédito de un
agro. Pero Jos p:tdre9
intimidados confesaron que era su hijo ,
y
que había nacido €icgo ; pero añadieron
que no sabi:m
c6rry
veía. Para esto se rc–
mitiero
....:
stimonio
de
su
hijo, de
quien
decían que tenia edad para poder hablar,
y
ser creído en juicio , que entre los Ho–
bréos era la de trece años 2rriba.
S'¡
:1