CAPITULO VIII.
abscondit se, et exivit de Tem–
plo.
•
Texto Griego
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ct;–
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~ :ra.pii~~>
cz¡'mlS":
p asando p or• me–
dio de ellos
:
y
ns(}'asó.
Estas palabras
sus escondióse, y salió del Tem–
plo'.
no se hallan en la Vulgata. Con lo que
dió el Señor otra prueba -:acle
su Divini–
dad.
CA
l!.tlf
T U L O 1X.
Dá el S etiot• vista a un
liego de trl1cimiento. L os Judfos pretenden
despojarle de la gloria de este milagro. Consta11cia del
ciego en
confesar y
defender a
su B ienhechor. L os J udfos excomulgan al
ciego
,
y
lo echan de sti• Synagogl) El S etior lo t'ecibe e
it~stru
ye
:
y el ciego
le adora.
I
Et praeteriens
Ies~s
vidit
hominem caecum a nativitate:
2
Et interrogaverunt eum di–
scipuli eius : ¿Rabbi , quis pec–
cavit, hic, aut pa rentes eius, ut
caecus nasceretur?
3 Respondit Iesus : Neque
hic peccavit , neque parentes
eius : sed ut manifestentur ope–
ra D ei in illo.
4 . Me oportet operari opera
ius, qui misit me ,
~ec
dies
est : venit nox , quando nema
potest operari.
1
Y
al pasar Jesus vió un
homb"f' ciego de nacimiento :
2
Y
preguntá ronle sus discí-,
pulas: ¿Maestro, quién pecó, es–
te , o sus padres , para haber na–
cido ciego ' ?
·3
Res pondió Jesus: Ni este
pecó , ni sus padres : mas
pa~
que las obras de Dios • se ma–
nifiesten en él.
4
Es necesario que yo obre las
obras de aquel
q~e
me envió, mién–
tras que sea de día
3 :
vend rá la no–
che
4 ,
quando nadie podrá ,pbrar.
t......-..-.._;
¿
Quál ha podido ser la causa de
que~
este naciese ciego ?¿sus pecados
,
o los de
rus padres? Bien sabian que este ciego no
habia podido pecar con pecado personal
ántes de nacer ;
y
tambien que el pecado
fué el que introduxo las enfermedades en
el mun?o ,
y
que algunas veces castiga
Dios en los hijos los pecados de los pa–
dres. Por esto proponen al Señor esta
qiiestion , para que los instruyese
y
di–
xese lo que pudiera haber ocasionado en
este hombre una tal
dcsgrac~.
"
.El Señor les responde , que no pre–
cisamente por sus pecados le había
Dio~
Tom.I.
enviado aquel trabajo , pues había otros
muchos igualmente pecadores a quieneS
no habia acaecido semejante desgracia :
y
qt~
D ios las envia a Jos hombres , o para
castigar sus propios pecados , o en los hi–
jos las injusticia!hii
los padres en que tu–
vieron alguna parte
;
o para purificar
y
probar su virtud , o para hacer brillar las
obras de su poder. S. TaoM.
iu Iomm.
3
E l ticmpo'lj_ue debia estar en este
mundo
·~alumbrarle
con la luz de su
dofuina.
4
El tiempo de su muerte, en que ce·
s6 de obrar visiblemente.
Sss