.
~APITUL O
VII.
49'I
25
Y decían algunos de Je–
rusalem: ¿No es este el que bus–
' can para matarlo?
25 Dicebant ergo quidam ex
Ierosolymis : ¿Nonne hic cst,
quem quae runt interficeré?
26
Et ecce palam lQquitur,
et nihil ei dicunt. ¿Numquid ve·
re cognoverunt Príncipes quía
hic est Ch ristus ?
27
Sed hunc
scimus•~de
sit:
Christus autem cum vener.;,
ne–
mo scit unde sit.
28
Clamabat. ergo Iesus in
Templo doccns , ct
dice~
: Et
me scitis , et unde siro scitis : et
a mei p o non veni. , sed est ve–
rus, qui misit me, quem
v~s
ne–
scitis.
· 29
Ego scio eum , quia ab
ipso
sum, et ipseme misit.
30
Quaereba.ntergo eum a p–
prehendere: et nemo misit in
il–
Jum manus, quia nondum vene–
rat hora ei us.
3 '
D e
turba autem multi
crediderunt in eum , et dice–
bant : ¿Christus cum venerit,
numquid plura signa faciet quam
quae hic fadt?
pesar vuestros acciones
y
las mias ,
y
no
daréis Jugar a que se os acuse de prevari-
c.tdores de 1.1 Ley.
.
'
Vebn por
un.l
parte el futor de que
csrab:m armados contra
J
esus ,
y
por ou
le
01.10
predicar con toda libertad
,
y
sin
qm; 1.tdic se lo impidiese:
y
no s:tbiendo
en qué podia esto consistir , porque no co–
no ian
b
virtud divina que invisiblemente
no lt:s permitía obrJr contra el Señor, co–
menzaron a dudar si sus Ancianos
y
Sa–
cerdotes le habri:m reconocido por el
Mes~
sías.
-a
Confundian las dos generaciones
de
Jcsu
hr\sto: la una temporal
y
visible:
1.1 otra oculr.t e incomprehsnsible ;
por~
que no encendian aquel célebre lugar de
JiAIAS Llli.
8. (QUién
e~
el que
CO!l~<lrá
Tom. l .
'
26
Pues ved aquí que habla
en público, y no le dicen nada.
¿Por ventura han reconocido Jos
Príncipes que este es
e"l.
Christo'?
27
Mas este sabemos de " n–
de es: y quando viniere el Chris–
to , ninguno sabe de dónde sea •.
28
Y J esus alzaba la voz en el
ernplo, enseñando , y diciendo:
Vosotros me conoceis, y sabeis de
dónde soy ' : empero yo no vine
d.f mí mismo, mas es verdadero
éL
que me envió , a quien voso–
tros no conoceis.
29
Yo
le
conozco , porque de
él soy
4 ;
y
él me envió.
30 Y queríanle prender: mas
ninguno le echó Ja mano , por–
que aun no era llegada su ho–
ra
5 •
3 r
Y muchos del pueblo ere·
yeron en él , y decían : ¿Quando
viniere el Christo , podrá ha
cer mas milagros que Jos qu'
este hace?
>
su gcncracion ?
S.
CYRIL.
·in Ioamr. Lib. v.
S. AucusT.
in ]oamz. Trnfl. x.xxr.
'
V
osorros sabeis
mi
oríge.;,
y
naci–
miento segun
la
carne ; mas ignorais el
~
ercrno
y
divino que tengo.
Et
a
m~
ipso
1lOil
vcui.
E t
en Jugar de
.sed,
lo que es
muy usado.
Ve'r4.'t',
#:).."~~vór ,
atributo pro–
pio de D ios.
.:. 4
E ngendrado
ab
a~t~rno
,
e Hijo na–
rural.
5
La hora -,
J
esu Christo era la
d~
su voluntad , por quanro se ofreció al sa–
crificio porque quiso :
y
así hasta que lle–
gó aquel
mome~
determinado en el con–
sejo dr. - · s , aunque querian echarle ma–
no ,
y
e
.~
·an presente , eran detenidos
por una octi,
fuerza
y
virmd que no
cQ–
noci:m.
S. T.
OMAS
in Iomm.
l