SAN JUAN.
ut cum turbata fuerit aqua, mit–
rar me
in piscinam : dum ve–
nio enim ego, alius ante me de–
sccndit.
8
Dicit ei Iesus: Surge, tol–
le grabatum tuum, et ambula.
9
Et
st~ti m
sanus faétus est
ho~
.._ille: er sustulir grabatum
su~
et ambulabat. Erar au–
tem Sabbatum in die illo.
10
D icebant ergo Iudaei il–
li
qu i sanarus fuerat • : Sabba–
tu m est , non Jicet tibi toller
grabatum tuum.
II
R espondi t eís : Qui me
Sjlnum fecit, ille mihi dixit: Tolt
le grabatum tuum , et ambula.
12
·Interroga veru nt ergo eum:
¿Quis est ille horno, qui dixi t ti–
bi: Tolle grabatum tuum, et am–
bula?
13
Is autem qui sanus fue–
rae effeétus , nesciebat quis es–
ser: Iesus enim declinavi t a tur–
ba constituta in Joco.
' 14
P ostea invenit eum Iesus
Templo , et dixit illi : Ecce
anus faétus es : iam noli pec–
care , ne deterius
tibi aliquid
contingat.
me meta en la piscina quando el
agua está revuelta : porque entre
tanto que yo voy, otro entra
á
n–
tes que yo.
8 Dlxole Jesus: Levántate,
toma tu lecho, y anda.
9 Y
luego fué sano aquel
hombre ,
-~tomó
su lecho ,
y
andaba.,
era Sábado aquel
dia.
10
Dixeron pues los J u
dios
al hombre que habia sanado: Sá.,.
hado
fs ,
y
no te es Hciro llevar
tu Jecho.
1
r
Respondióles : Aquel que
me slfi1Ó , me dixo : Toma tu le–
cho,
y
anda'.
12
Preguntáronle ent6nces:
¿Quién es aquel hombre, que te
dixo : Toma tu lecho ,
y
an–
da?
13
Mas aquel que habia sido
sanado, no sabia quién era: porque
J esus se habia retirado del tropel
de gente que habia en aquel lugar.
14
Despues le halló J esus en
el Templo, y díxole: Mira que ya
estás sano: no quieras ya pecar
mas , porque no te acontezca al–
guna cosa peor •.
~'
tais que si quiero sanar?
¡Ah!
Señor, no
._deseo otract:osa ; mas no hay un hombre
que se mue,·a a piedad viéndome así ,
y
que me ayude a
procur<~r
mi salud, pues–
ro que:
yo
no puedo moverme: ayudad–
me vos si podeis. Con razon , dice S. A–
GUSTIN
iu !omm. Trnfi. xv r
1.
se quet1.
CS(e p:mtlytJcO
de
que no tiene
hombre
que le socorra ; porque
:tra esto le era
absolutamente necesario
hombre Dios.
.l
Como si les dixcra : ¿Cómo prctcn–
dc•s que no execute las órdenes de aqoel
que en un momento me
curado de una
cnfcrm~.:daJ
tan envegcci a?
E
'l
veis
,.
E:rod. xx.
II.
l ere, ,, :,Xvir.
24.
que no puede hacerse sin una virtud mal"
que humana : ¿pues cómo qucrcis ahora
q~e
yo
tema violar el
Sábado tomando mi
~1a ,
y
marchándome con ella, como me
lo
ha mandado? Un hombre de esta vir–
tud sabe ciertamente mejor que
vosotro~
on qué consiste
la
observancia del S:í.bado.
1
Sin duda
fué
a dar gracias a D ios
por la salud recibida. E l Señor en estas
palabras le enseñ6 tres verdades :
la
pri–
mera , que h::.bia padecido aguella larga
enfermedad por sus pecados:
la
segunda,
que es verdadero lo que se dice de los
casti¡:os de
la
ott-a vida : la tercera , que