XXVT
DISERTACION PRELIMINAR.
gla de nucstr:t fe
y
creencia el Texto de la Vulgata
1
como el mas corretlo
y
fiel
que se encontraba. En \'ista de esto debemos decir , que las traslaciones que hi–
zo San Gcrónymo fueron a la letra
y
conformes en tOdo a los originales que cn–
t6nccs tuvo presentes
1
y
que sin disputa serian los mas corretl:os, ya por 13 pers–
picacia
y
gr:mde juicio del Santo en escogerlos
y
entresacados;
y
ya tambicn por–
que
\'Í\'ÍÓ
en tiempos mas cercanos a su origen
,
y
en que no se babia dado lu-
ar a que se alterasen tanto como despues sucedió en los tiempos posteriores , en
que habiéndose multiplicado cxccsivamcmc las copias por un cfcél"o de la condicion
\'(umana , se debían tambien mulriplicar
nc~sariamcntc
las alteraciones. No ignoraba
S':m Gcr6nymo el Latín, pues sin disputa se le debe dar la preferencia en el co–
nocimiento
y
manejo de est.:t lcnguar sobre tod :_ los Escritores de su tiempo : hu–
biera podido con poqufsimo tr:tbajo habernos dado sus traslaciones libres de Hebraís–
mos
1
Helenismos
y
de obscuridad ,
s~(uncnre
C?._.{!
mudar
1
quitar o aiiadir algunas
palabras
;
mas no lo hizo por respeto a la palabra de Dios
1
y
por no exponer-se
a alterar ni determinar su
s~mido.
Y así hemos dc_¡decir
1
que
la
traslacion que te–
nemos de San Gcrónymo es en todo rigor conforme a la letra de los originales quo
t U\'O
enrrc manos. Y esra verdad se prueba tambien con los muchos C6dices 1Ie–
br6os
y
Griegos que en el dia se conservan
y
en que se Icen variantes, que cor–
responden perfeél"amente a la leccion que tenemos en
la
Vulgata
1
como :se puede
''cr en las últimas Hebréas de Kenicoth en Lóndres
y
de Rossi en Parma ; en
la
Sixtina de los Setenta
y
del Nuevo Testamento en Roma
y
en París
,
y
er~
Otras muchas.
Esta sola razon pudicr:t
y
aun debier:t tapar la boca a los que se inclinan al
, anido de la pad.phrasis
1
sino siguieran defendiendo su causa
1
y
a.legando que pa...o
r.¡¡ disipar la obscuridnd que queda en bs rraslac!oncs a
la
letra
,Jf
para suplir otras
Giras que de :tquí n:y¡¡n
1
son necesarias notas
y
'~tas
que sirvan como de luZ'
y
guia pam caminar entre tinieblas : de todo lo qunl result:t un trobajo ímprobo
y
sumamente molesto al Autor
y
al Leétor
;
porque a cada palabra se vé en
h
pr¿cision de tener que recurrir a
la
nota : lo qua!
es
una prucb:t man.ifiesta de Ja
obscuridad e inutilidad de semejantes tr:td&ccioncs. SL como concedemos la pri–
mera parte de esta conseqiiencia , conccclicramos tambicn
la
segunda
1
debíamos
confesar
,
que por ser tan obscuro
Q..
mas el Texto de la "Vulgata que el de los
originales , han sido vanas las f.'ltigas
y
sudores de tantos
y
tantos Comentadores
suyos, que han
l~nado
vohímenes sin cucnt:l , con el fin solo de explicar la letra,
y
p:1ra que quedase
el~
.sentido. P udieron estos habernos d:1do un Texto dé
b Biblia entremczclaA
otras palabras que le aclanscn
y
determinasen ,
y
ha–
berse ahorrado por este
medí~
el ímprobo trabajo de escribir tantas notas sobre e"l
Texto, excusando a los Lcél:ores el fastidio de tener taMo que leer para entender-