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XXKU

DISERTACION PRELIMINAR.

di.aocro no solo nos prometió esn gucia

1

ino que nos

la

comiguió

dd

Padre, coo

quien nos reconcilió por

el

pr

io de su Sangre

1

y

nos

la

omuni a por

SU}

m~ritos

on

!.1

mayor cfusion

y

abundancia.

De

qut! r suha

que en este

cxer icio cncucn–

trJn imcriormcatc sus "crdadcros discípulos un consuelo

incfJbl~.:

en medio

de las

lliccionc.s del preseme destierro : conciben un aho desprecio

de

los bienes c.1ducos

y

perecederos de

la

tierra;

y

se inflaman

en

amor

y

deseo de los bienes cclcstinles

ac

que muc,•c poderosamente esta dollrina. Por cuyo morivo fué cstn por muchos

si

los

casi

Ja

única ooupacion de los primeros fieles de toda t!dact ,

de

toda condi-.

c;on

y

de

todo sexO: los qualcs expcrimeh .Jban

en

c.St

:l

lcfrura

y

con,•crsacion dol

iclo t d.1s sus delicias ; porque :unab::m

:l

Jcsu Chrisro

1

y

scgui.tn

el

camino

de la

"erdJder.1. piedad

a

que

se

habían obf1gado por

: Bautismo.

Y

csu

es la

alta obli–

gacion que jura debnrc

dcl

Altar

y

conrrac solemnemente todo Christiano , quando

rccilx:

el

santo .D:turismo , donde ofrecg seguir

a

(:hristo

y

las

m:'iximas

del Evan–

gelio ,

al

mismo paso que renuncil al mundo

y

a

sus vanidades

y

a

los bienes

de

la ricrr.1.

.Estas

sincér:~s

renuncias las repite todo aquel que se b:mtiza

1

haya

dc'ser hom–

bre

de

So icdad , Solitario , Lego , Sacerdote , Seglar o l,l.cligioso ; pues allí queJa

el

hombre muerto

al

pcc:\do '

1

:moque permanece

en

él

la

lucha

ele

la concutlisccn–

t in

1

pan

u

ya

destruccion se nos arma con

la

mortiíicacion

y

la

mz ,

y

se

110 1

rcvhte de bs

insi~ni:ls

de

Jesu Christo "' , a quien nos obligamos uniéndonos todos

los··

b:~utizados

en

un

mhmo cuerpo '

y

comunicacion de bienes , mcdiJntc la cari–

d.ld

que difunde

el

Espíritu Santo por el Sacramento de la rcgcncracion

4 •

¿Se reco–

¡,:,!'oc~.:n

por estas señales los Christianos

de

nuestros días ?

¿No es

cieno que la

sen–

sualidad ,

el

regalo

1

los gustos

de

la carne , la codicia de Jos bienes caducos ,

el

9rgullo , el ocio

1

el

luxo

1

la envidia ,

la

disoluCio

, reynan a

vn

descubicna

en–

tre los Chrisrlanos nl(.:"lcrnos? ¿Por qué mantienen

1

e nombre

y

se glorían de

él,

no quieren seguir

las

mixtmas de Christo? ¿Por <iué se alin:m en

sus

bandcr:u

por el Bautismo

1

si dcspues han de seguir

:~1

diJblo,

y

correr desbocados tr. s l.1s lo–

(;lo...~!lS

del mundo? ¿Picusan tal vez que el Evangelio solo se debe gu:udar on los

Cl.lustros

1

y

que con los que visten

oland~

o tienen u lgun poderío mundnno , no

pabl.m

ni

se cnrienden las obligaciones del Damismo? "V iven

en

grande error.

El

Evangelio es uno mismo para todos..: un:1 fe , un 8:1utismo

,

unas mismas obliga–

cion~.-s.

Aquí , :tquí se ha de probar 1odo Christilno ,

y

por aquí

h:~

de

ser

cd–

minado en

el

suPremo T ribunal de Je!iu Christo.

El

que lo es en las obras, esto

es

1

bombre de

ver~

s6lida picd:ad , será conforme a lo del Pulmo s eterna-

Ad Rom.m.

v 1.

todo

el

~apírulo.

Ibid.

26.

AdG.dcrt.

111.

17.

$

P snl'ü

J.

todo.

a

J.

AtiC~rimh.

x11.

IJ.

/