DISERTACION PRELIMINAR.
XXll(
en que quede en la version aquella obscuridad que se advierte en el mismo Texto,
tan conforme a la magcstad
y
caráéter de los Divinos Libros ,
y
que puede acla–
rarse en una nora , supliendo en ella lo que sea oporrono .
Así mismo por lo que mira a algunas voces
y
expresiones Hebréas , que usaban
los Apóstoles , aun quando hablaban
y
escribían en Griego ,
y
otras rambien Grie–
gas, que se conservan en Ja V ulgata , las he dexado sin tocar , mirándolas con 1 1
mayor respeto por 'el origen que tienen ,
y
porque pierden toda su fuerza
'Y
ener–
gía quando se quieren explicar por otros
términos o paraphrasear. A este
moF
uso de
las
pabbras
Amen
,
Aleluya ,
1-Iosmma
,
R aca , B elial, Corban , Paras–
uve
,
Pasqua,
Fiata de los A zyJ&os
,
Pmte¡ostes ,
·
P hilaélerias , Cáliz
,
Pres'–
b;üro ,
Diácono
,
Tradicio,zes
,
Altar
,
H ostias
y
otras muchas como estas
,
que
proceden inmediatamente de las que se leen en la Escritura. Adcmas de
esw
en los
Jugares mas di6ciles no he queridl-suavizar
nt
moderar las expresiones o phrases , sino
que
J.u
guardo palabra por palabra , por temor de omicir o limitar el sentido del ;Espí–
ritu Santo , segun nuestra phantasía. Por esta misma razon no remo decir
hom.bres her-
1/lallo.t,
una viud:t , mza
herm:ma , Santiago de A lphéo
y orras tales. Algunas veces
sigo de propósito las phrases de la Escritura.
El Iuforno del fuego. Pasemos
y
vea–
mos esta
p~1lrrbra ,
que ha sido
hecha.
Luc.
u.
r 5. en donde se podia decir
esto
que ha acaecido
,
segun
la
phrasc Hebréa ; pero hay una cierta magestad
y
mayor
signifioacion en dichas expresiones ;
y
como estas se guardan en el Griego
y
en el
Latin , no parece jusro que seamos tan delicados
y
melindrosos en admitir las pa,..
labras e idiotismos de la Escritura , quando las traducimos
en
nuestra lengua ; pues–
con tanta f.1cilidad admitimos
y
seguimos nuevas palabras
y
phrases acuñadas en
1•
Corre ,
y
que a cada paso se hallan en los Escritores que se conforman con su es..
tilo. Tod:ts estas
~glas
se hallJ1 rambien apuntadas en el Prólogo del Testamento
N uevo I nglés , de que ya h..os hablado.
11
.
En quanto a la eleccion de voces
,
he procurado valerme de aquellas que son
mas cbras
y
expresivas ,
y
particularmente de las que se hallan calificadas
y
au–
toriz:td;lS con el uso de
lo' Escritoree mas puros del siglo xvr. Alguna vez •no
me detengo en usar de alguna que se lee en los escritos que precedieron a dicho
¡iglo ; pero me tomo esta licencia con la m¡yor economía ,
y
solamente quando
puede conducir para explicar mas vivamente la fuerza de la palabra original.
Para suplir esto de algun modo ,
y
para dar al mismo tiem}IIO
un:~.
muestra de
las riquezas que poseía nuestra lengua en la copia
y
variedad de sus voces ;
y
así
mismo el poco ·respeto con que
la
han tratado sus mis
"os
,
despojáQdola de
sus propios
y
nativos adornos para vestirla de otros, extraños
y
postizos , he que–
rido ir notando no pocasa xpresiones
y
palabras , [:ue se
leen en dichos manus–
~iros
;
y
:~.Jgunas
de ellas tap vi.vas , que Jas que
al
presente tenemos ,
y
l'b:an
•