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ADVERT E~ CIA.
quiso·, que esta verdad
quedase
confirmada con
la
declaracion de
much~s
Testigos,
no
tanto por
la
verdad cq sí misma , quanro para mayor confusion de Jos que, tuviesen
osadía de combatirla. Quando
quar.rohombres escriben sobre
Wl
mismo argumento
en tiempos
y
lugares diferentes sin Comunicarse ni tratar los
WlOS
con los otros,
y
que pareCe que todos hablan _por una misma boca , se puede esto mirar
c~mo
Una
pl:"1eba
~con~inccnrC
de
Ia vérdad de lo ·que escriben. Y aunque parezca que cp algu–
nos lugares varían entre sí , esto mismo sirve de mayor prueba , para confirmar 'que
e
verdadero Jo que dicen. Porque si n
e hallase alguna diferencia en sus expre–
siones;
· o ·en
lOs
·tiempos
y
lUgareS
en
que
'Jubiescn escrito ; rio habría r.tzon con
que poder persuadir a los enerñigos de la verdad Evangélica , que habian dcxado de
unirse ,
y
de comunicar unos con otrrs
,
para e
;·ibir como de concicrro unas mis–
mas cosas.
Pero lo admirable es , que estas diferencias que se notan en estos quatro Sagra–
dos Escritores , no tanto se hallan en es mismas (<'>Sas ' quanto en la manera de re–
ferirlas ; siendo por otr:t parte tan constante b uniformidad que guardan en bs co–
sas substanciales , que miran a la verWd de la
Religi~t
, a la salud de las almas ,
y
al arreglo de las costwnbres , que solo se oye como una voz comuniCada por quarro
diferentes 6rganos o insrrwnenros. Y en efefro , si hubieran escrito cosas contrarias
]os unos a los otros ,
¿
como su predicacion
y
doéhina hubieran podido ser tan uni–
versalmente recibidas en la tierra? ¿Como hubieran podido avasallar
y
sujetar al dul–
ce
y
suave yugo del E,rangelio a unas Naciones tan bárbaras
y
tan feroces , com–
batiendo sus errores con máximas tan contrarias y repugnantes a la naturaleza, a
la
corrupcion , a los hábitos viciosos en que se habian criado , y a las tradiciones que
constantemente habían recibido los unos de los otros? ¿Como hubieran podido per–
suadidas , que derribasen sus ! dolos
,
que despreciasen los bienes perecederos de la
t:erra, que aspirasen a los eternos del Cielo , que reconociesen
l:t
esclavirud
y
ce–
guedad en que se hallaban ,
y
que abrazasen la verdaden libertad
y
claridad que
les ofrecían? Cosas rodas tan nuevas
,
tan nunca
oi~s
,
y
tan sq
1
1re las fuerzas n:t-.
turales no hubieran p' dido producir un efefro tan
,'nirable como la conversion de
todo el mundo , si su verdad desde los principios no l biera sido mirada como incon–
testable
,
y
como apoyada sobre testimonios de la mayor excepcion
y
en todo con–
formes: Y esta
es
la prueba mas sólida
,
que San J uan Chrys6sromo
y
otros ]>adres
recb nocen de .la perfefra uniformidad de los ruatro Evangelistas , en lo que nos de–
xaron escrito de J csu Christo, de su doarina ,
y
de su...Evangelio.
D espues de la Ascension del Señor, algunos E scritores antiguos dicen , que San
Mathco fué a predicar a la Ethiopia ,
q
otros que a La Persia. Eusebio :tfirm,\
1 ,
que
era voz comun en su tiempo
,
que Panthencs , Philosopho Stoico , habiendo abraza–
do la R eligion Ch.;;istiana , pasó a las Indias a fines del segundo siglo a predicar la
Fe de J csu Christo,
y
que alli halló el Evangelio de San Matheo escrito en Hebreo,
a donde se cree
habc~ado
San Bartholomé, uno de los doce Apóstoles
,
que
predic6 en aquellas
~cs
. T ambicn se refiere, que habiéndose descubierto el cuer·
po de San Bernabé a fines de 1uinro siglo
,
se halló sobre su pecho el mismo Evan–
gelio escrito en Griego; lo qu prueba, que aun en el
·empo de los Apóstoles ha...
biap
,u.nave~sion
authenrica
~~ Evangelio
de San·Matheo en lengu:a G riega.
~
Hzst.Ltb. v. Cap.
K.
l