CAPITUL O X.
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C A P
l.
T U L O X.
Escoge el S eñor otros· sete11ta
.y
dos discfpulos
,
.Y
los envia a pt·edi–
cm· su venida
,
dándoles las i11struccio11es de lo que debian obset·vm·
en su pt·edicacion. Amenaza a las Ciudades obsti11adas
,
en las qua–
les se habian hecho mucbos milagt·os. Da gt·acias al Pad.-e, por1Ae
esconde
.Y
niega su luz a los sobet·vios
,
.Y
la comzmica a los humil–
des.
Ense~la
a
""
D oflot· d! la Le_y pot· medio de
u11a parábola,
quién es el pt·óximo. D eclara a Mm·tha
,
que andaba afanada en set·–
vi.-!e
,
qu~
Maria su hern:,'lna habia WJscogido la mejot· parte.
1
Post haec autero .
1
si–
gnavit Dominus et alias se ' a–
ginta duo5 : et misit illos binas
ante faciem
suam
in omnem
Civitatem ct locum , quo erat
ipse vcnturus.
2
Et dicebat illis • : Messis
quidem multa , operarii a utem
pauci. Rogate ergo dominum
mcssis , ut mittat operarios in
messcm suam.
3
Ite • : Ecce ego mitto vos
sicut agnos ínter lupos.
4 Nolite' portare sacculum,
neque peram , neque calceamen–
ta • , et neminem per
vi~
sa–
lutaveritis.
J.
T. Gr.
tal'oJ.l.Jxov1tt.
,
seünla
:
Así
se han llamado despees los setenta discí–
pulos del Señor ,
aun~e
la Vulgata ,
y
la
mayor parte de los
J
adrcs'f: Intérpre–
tes convienen en que fueron setenta
y
dos
los escogidos. Estos eran de un grado
y
autoridad inferior a la que renian Jos Ap6s–
toles. Por esto toda la antigiiedad ha re–
conocido a los Obispos por succesorcs de
Jos
A
p6stole~;
y
a los Sacerdotes por suc–
ccsores de los discípulos.
:a
Porque
w1
hermano asistr
de
otro
n
llfntth.
r:r.
37·
b
Jlfatth. x . rG.
J'om.
J.
1
Y
despues de esto seña–
ló
1
el Señor tambien otros seten–
ta .Y dos ' ; y enviólos de dos
en dos • delante de sí a cada
Ciudad y lugar , a donde él ha–
bía de ¡-enir.
2
Y
dedales : La mies cier-
.J
tamente es mucha, mas los obre–
ros pocos. Rogad pues al Señor
de la mies , que envíe obreros a
su mies.
3
Id vosotros : He aquí que
yo os envio como corderos en '
medio de lobos.
4 No trayg, ·s bolsa, ni al–
forjas , ni caJI¡ do , ni salu–
deis a ninguno' por el cami–
no
3 •
hermano , es como una Ciudad muy for–
tificada.
Proverb. z v
I I
I.
1
9· Y tambien
para que se ayudasen
y
consolasen mú–
tuan.ente en las fatigas
y
sucesos de su
ministerio.
3
Esto es , no
os.~mbaraccis
ni aun en
saludar a nadie. Era costumbre entre los
Pueblos Orientales saludarse con muchas
ceremonias ,
y
e~
muchas preguntas
y
respuestas. Y el
~ñor
les encarga , que
quando van a un negocio de la mayor
im~
portancia , como es el anunciar a los pue-
c
llfarc. vr.
8.
d
IV.
R,g.
IV.
29.
Xx: