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SAN LUCAS.

58 Dixit' illi Iesus": V u!pes

foveas habent , et volucres Cae–

li

nidos : Filius autem hominis

non habet ubi caput reclinet.

·59 Ait autem ad alterum:

Sequere me. lile autem dixit:

D~tnine

, permitte mihi primum

ir~,

et sepelire patrem meum.

6o D ixitque ei Iesus: Sine ut

mortui sepeliant mortuos suos:

tu autem vade , et annuntia re–

gnum D ei.

6r Et ait alter : Sequar te

D omine ; sed permitte mihi pri–

mum renuntiare his quae dol{\Í

sunt.

62 Ait• ad illum l esus : Ne–

ma mittens manum suam ad ara–

trum, et respiciens retro, aptus

est regno Dei.

~

(' r Se vale el Señor de est3.s compara–

t:iones

p~ra

denotar la extremada pobreza

con que vivia entre nosotros.

Y

se quiere

llamar

el HiJo del

lzo~bre

;

esto

es ,

de

la

V írgen María, que .. 1:Ítulo mas humilde

y

mas modesto , no '·!.>stante que el

An–

gel le habia llamado

alvador

aun ántes

de nacer;

y

los J>ropheras lo habian anun–

ffiado

co\>l

los tÍtulos

de Mess{as , Sm:er–

dote eterno

,

hl$el del Gran Consejo,

Dios, Señor

,

Prmcipe de la paz

y

otros,

lsAI. rx.

6.

para abatir nuestro ·orgullo,

y

c0nfundir nuestra sobervia.

2

MS.

A

soterrar mio

padr~.

S.

?v(¡.A–

THEO

v ur.

22.

Déxame ir ,

y

esperar

b

muerte

de mi padre ,

y

despues

de

haberle enterrado

v~ndré

y

te segui–

ré. Jcsus no admite al que voluntaria–

mente viene

y

se ofrece

a

seguirle ;

y

detiene a otro que t;¡ueria retirarse.

D e la misericordia de Dios

,u

que

eli–

ge a los que quiere, depende el nego-

IJ

Mnttli.

VIII.

2Q.

58 Díxole Jesus: Las raposas

tienen cuevas, y las aves del Cie–

lo nidos: mas el Hijo del hombre •

no tiene donde recline la cabeza.

59 Y a otro dixo : Sígueme.

Y

~1

respondió : Señqr , déxa–

me ir ántes a enterrar a mi pa–

dre •.

po

Y díxole Jesus: D exa que

los muertas entierren a sus muer–

tos : mas tú

ve,

y anuncia el Rey–

no

d~"Dios.

~r

Y otro le dixo : Seguirte

he ·, Señor ; mas primeramente

déx~1e

ir a dar disposicion de

lq

~e

tengo en mi casa ' ·

62 D íxole J esus : Ninguno

que mete su mano al arado , y

mira atrás , es apto para el Rey–

no de D ios •.

cio de la prcdestinacio1,1.

R omml. r

z..

16.

l

T . Gr.

<t:nT.f~«~

-rols tis -rOv of)l..óv

p.•v

,

rcmmtiare !lis

,

qui nd

domun~

meam

:

y

lo interpretan

a

despedirme de.

los de mi casa.

El

sentido de una

y

otr:l

interprete~ion

es muy confOrme a lo que

el

Señor

responde.

Los

Ap6stolcs luc::,–

go que oyeron la voz de Christo que

los

llamó , lo dexaron todo por seguirle , pa–

dre , casa

y

Uienes.

Estos

pretextos qw..

parecen fundados en caridad , prudencia

y

urbanidad , podian apartarlos de

la

obra

de Dios ,

y

servirles como de lazo quo

los enredase

{{o

sensiblemente en el

amor

del siglo.

4

Un

Labrador que vuelve a mirat'

atrás quando va arando , no puede sacar

Jos suleos derechos. Un discípulo de Chris–

to, un Ministro

de

su Evangelio

que

vuel–

ve a entender en los negocios del siglo a

que

habia renunciado, pierde luego el es-

píritu de

s~rado.

.