CAPITULO V.
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pitó con grande ímpetu en la mar
como hasta dos mil ' ,
y
ahogá–
r onse allí.
cipitatus est in mare ad duo
millia
et suffocati sunt in
mari.
14
Qui autem pascebant eos
fu gerunt , et nuntiaverunt in
Civ itatcm , et in agros. Et
cgressi sunt videre quid esset
faél:um:
15
Et veniunt ad Iesum:
ec•
vi dent illum , qui a daemonio ve–
xaba tur, se?entem_, vestitul}l , et
sanac mcnns , et nmuerunt.
16
Et narraverunt illis, qui
vidcrant qualiter faél: um esset ei
qui daemonium habuerat , el de
porcis.
17
E t rogare coeperunt eum
ut d iscederet de finibus eo–
rum.
18
Cumque ascenderet na–
viro, coepit Ulurn deprecari, qui
a daemonio vexatus fuerat , ut
es ct cum illo:
19 Et non admisit eum, sed
ait illi: Vaoe in domum tuam ad
tuos , er a nnuntia illis quanta ti–
bi D
omir.usfece rit, et misertus
sit tui.
20
Et abiit, et coepit prae–
d icarc in D ecapoli quanroa sibi
fecisset Iesus : et omnes mira–
bantur.
2
r Et cum transcend isset
le us in navi rursum .trans •
•
1
T. Gr.
M~uf'\Q¡,1Jvx1Am
1
7 trmz
como doJ mil.
·
"
M .
Como cwztit'ra.
l
LS.
Quus
quit.uud~
sus
1
r-
11liuos.
•
Tcmi.t este hombre , como cree
T nBOP111L.\CTO, que
el
Demonio volvcria
!1
J.tonncnt.trle , si se ap:uraba de
su
di\'i–
no
Libcn:~dor
,
y
por esto le
S~lplica
que
le permitJ seguirle. b.s el Señor no lo
p
rnlitiJ
,
d.\ndolc
2
~ntender
por uoa
14
Y
los que los guardaban
huyeron ,
y
contáronlo en la
Ciudad, y en los campos.
Y
sa–
lieron a ver lo que había suse-
"do:
I
5 Y
vienen a Jesus: y ven al
que había estado endemoniado,
S'ijltado , vestido,
y
en su juicio
clfbal,
y
tuvieron miedo.
16 Y
los que lo habían visto,
contáronles todo el hecho como
hooia acontecido • al endemo–
niado,
y
lo de los puercos.
17 Y
comenza ron a roga rle
gue se retirase de sus térmi–
nos
l .
18 Y quando entró Jesus en
el barco, comenzó a roga rle el
que había estado endemoniado,
queledexasei r en sucornpañía•:
19 Mas Jesus no quiso,
y
le
dixo
:Vete~
tu casa a los tuyos,
y díles quánta merced te hizo el
Señor, y la misericordia que con–
tigo usó.
20
Él se fué ycom_enzó a pu–
blicar en
Decáp~is
s
quánta mer–
ced le había hecho J esus :
y
rna–
ravillábanse todos.
2
r Y habiendo pasado otr<t
vez
J
esus en el barco a la otra
par , que 3unque no estuviese presente
corporalmente , Je bastaba su gracia para
''ivir seguro de
las .¡jJ!chanzas
y
tiranh
del Demonio ;
y
queriendo por otra usar
de su misericordia con los ingratos Gera–
seoos , dex.índole¡ uno que les pre..dicase
sus
maravill.~ ,
para que pudiesen cono–
cer la verdaO
y
convenirse.
5
Un País al Oriente del mar de Ti–
berhde , así llamado por las diez Ciuda–
des principales quo lo componen