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SAN MARCOS.
26 Et discerpens eum spiri–
tus immundus, et exclamans vo–
ce magna , exiit ab eo.
27 Et mirati sunt omnes, ita
ut conquirerent ínter se, dicen–
tes : ¿Quidnam est hoc ? ¿Quae–
na'?n doétrina haec nova
?
Quía ·
in potestate etiam spiritibus im
mundis . ímperat , et obediunt
ei.
28 Et processit rumor ebs
statim in omnem regionem Ga-
lilaeae.
·
29 Et ' protinus egredientes
de Synagoga , venerunt in
db–
mum Simonis et Andreae, cum
Iacobo et Ioanne.
30 Decumbebat autem
so–
crus Simonis feb ricitans: et sta–
tim dicunt ei de illa.
3r Et accedens elevavit eam,
apprehensa manu eius : et conti–
nuo dimisit eam febris, et mini–
strabat eis.
32 Vespere autem faéto cum–
ccidisset Sol, afferebant ad eum
omnes maJe habentes., et daemo–
nia habentes :
1
Este hombre poseído del Demonio
es una viva imágen de aquellos que esran–
Óo metidos en los vicios, quieren conver–
tirse a Dios. Luego que una alma empieza
a disgustarse de sí misma para volverse a
su Criador , el antiguo e implacable ene–
migo de su salud mueve en ella tcnw;io–
nes mucho mas violentas que las que 'ex–
perimentaba ánres,¡ .pero enr6nces con
el
exemplo de este
e~emoniado
debe hacer
fi:enre al furor de su enemigo , sin turbar–
se por los nuevos esfuerzos que hace con–
tra ella
;
pues estos f-Ueden aprovechar
para convencerla de su
pro)(,~
flaqueza,
y
de la necesidad que tiene der socorro del
Salvador , coo
el
qual codos los ardides
26 Yel espíritu inmundoator-'
mentándole violentamente,y dan–
do grandes alaridos salió de él'.
27 Y -maravilláronse todos,
de modo que se preguntaban unos
a otros, diciendo: ¿Qué es esto?
¿Qué nueva doétrina es esta •.
~
Pues que con imperio manda aun
l
los mismos espíritus inmundos,
y
obedécenle.
2¡>
Y se extendió luego su fa–
ma por toda la tierra de la Ga- .
lilea.
::Q
Y saliendo luego
3
de la
Synanoga , fueron a casa de Si–
mon y de Andres, con Santiago
y con Juan.
30 Y Ja suegra de Simon es–
taba en cama con fiebre, y habJá–
ronle luego de eÜa.
31 Y acercándose , tomóla
por la mano, y levantóla : y lue–
go la dexó Ja fiebre , y les ser-
via.
-
32. Por la tarde puesto ya
el Sol , traxéronle
todos
los
enfermos • , y los endemonia–
dos:
de este espíritu tentador, léjos·de dañarle
·
se
le converrir:'1n en mayor bien
y
prove–
cho. S.
GREGon. M AGN.
iuEzech. Lib. r.
1 •
H omi!. x Ir. uum.
24.
2
Nueva
para los Judíos ,
que hasta
cnr6nces
M
h:abian conocido la necesidad
que
re~ian
de humilla
rse para
quedar~
li–
bres de la esclavitud
d.clDemonio ;
y
uueva
para los Gcnti!Cs , a quienes el
exemplo de un Dios encarnado era roda–
vía nuevo , pero necesario para inspirarles
una verdad ran opuesta a su orgullo
y
va–
nidad.
3
Jesus
y
sus discípulos.
4
En el Cap.
1v.
23. de S. MAm•o
y
en orra!r partes se dice , que curaba ro-