e
SAN MATHEO.
amado videbitis
filium
horninis
sedentem a dextris virtutis Dei
et venientern in nubibus Cae–
Ji.
65
Tune Princeps Sacerdo–
tum scidit vestimenta sua, di–
cens: Blasphemav it: ¿quid ad–
hr?egernus testibus? ecce nunc
audistis blasphemiam :
66
¿Qu id vobis videtur? At
illi respondentes dixerunt : R6".1s
est mortis.
67 Tu'nc
a
expuerunt in fa–
ciern eius , et colaphis eurn ¡;¿e–
cid erunt, alii autem palmas in
faciem eius dederunt,
'
68 Dicentes: Prophetiza no·
bis, Christe, ¿quis est qui te per–
cussit?
69
P etrus
b
vera sedebat
fo–
ris in atrio: et accessit ad eum
do. Les dice , que esto Será
bie1t pro1lfo,
porque mil :tños para Dios son como el
Géiia
de
ayer , que pasó.
r
Los Judíos , como dice S.
GERÓ–
NYMO,
acoStumbr::~ban
rasg:tr sus vestidu–
ras en scñ,tl de un
g~
1
1n
dolor ,
y
tambi~n
para
manife~rar
el
horror que les causaba
el oir una blasphcmia. Y esto fué'
lo que
hjzo
C:~iphás
, f:1ltando en ello a lo que
ayo~~~~~~ei;~~~~~:~nlce;~
.L:;
1
~e
1
~:o¡;;~
:wnquc con estas demonsrracioncs cxtc–
. riorr..:s
dió
a entcl'lder una grande
indigna–
cien
y
pen.t ; esto no obstante
manitcstó
bien
en bs siguientes pal.1bras el conL.AltO
qu.;: rccibi.1 por habt:r sacado por último
de
b
boca del Seí
r
una confesion , por
la
qua!
segun
su
opinion podia declarar
que merecia
la
muerte.
•
2
Se vió entónccs como los Sacerdo–
tes
del Dios vivo cu6'riero[l de salivas
dquel
rostro adorable , que
?
1
a!gun dia
c:l
terror de todo
el
Universo
aquel
ros-
4
Is.·1i.
L.
6.
1J1arc.
x rv.
6;.
\...
de hoy en adelante al Hijo del
hombre sentado a la derecha de
la virtud de Dios, y viniendo en
las nubes del Cielo.
65
Entónces el Sumo Pon–
tífice rasgó sus vestiduras, y d i–
xo : Blasphemado ha : ¿Qué ne–
cesidad tenernos ya de ·testigos?
Ahora mismo acabais de oir la
'-._}asphemia
1
:
66
¿Qué os parece? Y ellos
resP">ndiendo dixeron : Reo es
de muerte.
67 Entónces escupiéronle en
la (Jara, y maltratáronle a puña–
das, y otros diéronle bofetadas •
en el rostro ,
68 Dici endo : Adivínanos,
Christo, ¿quién es el que te hi–
rió?
69 Pedro entre tanto estaba
sentado fuera en el
á
trio: y llegóse
troque apareció a los Apóstoles tan bri–
llante como
el
Sol en
el
di
a
de su Transfi–
guracion : se vió como unos viles siervos
y
soldados descargaban bofetadas sobre
el
sagr:~do ro~rro
del supremo Señor
de
los
hombres
y
-de los Angeles : se vió en fin
como róJo lo que habia mas grande
y
res–
petable en el ministerio de
la
Religion
y
en el gobierno del estado, estaba confim–
dido
y
mezclado con el pueblo
m:~.s
baxo
para conspirar
a
una,
y
animados
del
mis-
L
mo furor
tr:~rar
con Jos mas horriblt:s des–
precios
a
a\luel de quien solo habían
rcci-.
llido beneficios.
Y
por quamo el Salvador
habia declarado , qUe él era
el
Chrisro ,
y
por consiguicnre aquel Prophcta por ex–
celencia, que el Señor en orro tiempo ha–
bia prometido levantaT en medio de su
Pueblo para
que
escuchasen su
''OZ:
Dm~
U r. XVIII.
15.18.
le insulr:tronporesce
doble motivo;
y
vendándole losojos, a
ca~
da golpe
que le
daban , le dccian:
¿
Chris–
l o ,
adivúemos
quién es el
que
te hirió ?
•
L uc.
XXII.
SS ·
Iomm.xviii.
r7.