CAPITULO XXVI.
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36 Tune venit Iesus cum il-
36 Entónces
fué Jesus con
lis in villam, quae dicitur Geth-
ellos a una g ranja, llamada Geth-
semani, et dixit discipulis suis:
semaní, ' y dixo a sus discípulos:
Sedete hic, donec vadam illuc,
Sentáos aquí , rT)ién tras que yo
et orem.
voy allí, y hago oracion.
37 Et assumpto Petro , et
37 Y llevó consigo a Pedro,
duobus
filiis Zebedaei , coe-
y
a los dos hijos de Zebed
y
pit contristari et moestus
esf#empez~
a entristecerse y angus-
se.
Jarse
.
38 Tune ait illis : Tristis es
38 Y díxoles entónces : Tris-
anima mea usque ad mortem:
te está mi alma hasta
la muer-
sustinete hic , et vigilare •me-
te,.: esperad aquí, y velad con-
cum.
migo.
39 Et prog ressus pusillum,
39 Y habiendo dado algunos
procldit in faciem suam,
or~ns,
p~os
, se postró sobre su rostro,
et diccns: Pater mi, si possibi-
e hizo o racion , y dixo : Padre
le est, transeat a me Calix iste:
mio, si ser puede, pase de mí
verumtamen non sicut ego vo-
este
Cáliz
:s :
mas no sea como yo
lo, sed sicut tu.
quiero , sino como tú.
40 Et venit ad discípulos
40 Y vino a sus discípulos, •
suos , et invenit eos dormien-
y
hallólos durmiendo ,
y
dixo a
~---......;
J
Este era un huerto o jardin al pie
del monte de las Olivas. Al entrar en él
mandó a sus discípulos que le esperasen
all.í , miéntras que él pasaba mas adclanrc
a orar como tenia de costumbre.
'
T. Gr.
~ .Í.:.filp~vtiv ,
y
a augu.stiarse
sobre maut'ra.
MS.
E compr¡6 a .reer triste,.e mar–
rido.
Parece que el Señor quiso como
abandonarse a sí mismo , dando lugar a
la mayor tristeza
y
afliccion q11c se ha
conocido jamas. Consideraba por una par-
te la
tr~ticion
de J udas
,
la negacion de ,.
San Pedro , el escándalo de los.,.Apósroles,
la
reprobacion del pueblo de i os Judíos,
y
la funesta ruína de Jerusakm ;
y
por
Otra veía que iba a entrar en un mar de
penas
y
dolores , en donde registraba una
profundidad
y
exrensicn casi infinita. Se
le
representaron vivamente codos los pe–
Cildos de todos los hombres ,
y
sobre ro-
do
l:t
ingrarin1d de aquel pueblo que ba–
bia escogido cnrre
tod;¡~
las Nacion(;S;
y
Jos sacrilegios aun mJ.s sensibles de nna
infinidad
de
Chrisri.mos, que
~of.1nando
Ja santidad de su cst.1do , no se aprove–
charían del precio inestimable de 'u
san-
gre. Esta tristeza fué tan profunda , que
hubiera acabado con su vida si el mismo
Señor lo hubiera permitido.
S.
HlLAH.
in
Mattlr. Can. xxxi. u.
4· S.
CHRYSOST.•
in Matt!I. H omil.
LXXXIV.
S.
GERÓN.
3
El Señor pidiendo
que este cáliz
pasase de él si ern posible ,
quiso rcpre–
senrar la flaqueza de
Al
naturaleza
del
hom·
bre;
y
añadiendo :
M as uo sea como yo Lo
quiero,
siuo
con.¡o
trf,
nos dió ext:mplo de
aquella fort.tleza con que hemos de seguir
a
Dios,
aun quando la naturaleza se opon!
ga
y
haga esfuerzos en contrario. S.CRRY–
sosT.
t'u
.A1nflh.
H omil.
LXXXIV.
Jesu
Christo para consuelo de sus miembros
flaco.¿
y
enfermos sintió entónces la vo–
luma3 de la naruralcza humana de que es–
taba revestido ,
y
que le inclinaba a de–
sear que este c:íliz de
41
Pasion
pasase si
era posible .sin que él lo
bebiac>
: mas
:tl
mismo riempo hizo ver , que aun en me–
dio de est:-t rcpug1«1ncia que experimen-
tó
de
la ,.
n:-td humana , estab:-t en
una
pcrfCtl
sumision al querer de su
]'adre ; porque siendo verdadero Hijo
de Dios , quería. todo lo que queria su
Pa.dre.
•