--...5:J-
Su c1rmpasíon delos animales,
y
medios cstraordlnarfos
de socorrerlos.
•
Aunque el precepto de la caridad solo comprenda .a
Dios, al projimo
y
á
si mismo, no escluye el socorro
á
los
irracionales, como enseña Santo Tomas, no porque se repu- .
ten projimos, sino porque son criaturas que tienen un mis–
mo orijen
y
un mismo conservador. A sí leemos en el Sal–
mo 103
que los cachorros de los Leones piden
á
Dios su sus–
tento: que todos los animales aguardan de D ios la comida: que
la toman cuando el .Señor se la da,
y
que cuando
él
abre su
mano, se colman de sus beneficios.
Segun el Salmo 147.
D ios,
da
el
susteñto conveniente
1í
los hijuelos de los cuervos que se
lo piden:
y
en el capitulo 38 del Li bro de J ob, se lee que el
Señor le preguntó:
¡{Quien tiene aparejado al cuervo su ali–
mento, cuando sus polluelos claman
IÍ
Dios, vagueando, porque.
120 tienen que comer?
Por este motÍYO se compadecía :Fray
Martín cie los animales necesitados, les llamaba hermanos,
y
aun hacia milagros para socorrerlos, como los hicieron algu•1
nos Santps por el mismo (in. En la vida de San Bernardo.
se refiere, que por su mucha humanidad, no solo se com–
padecía de los hombres, sino tambien ele los irracionales; por
lo que cuando caminaba por el campo, si veía una liebrecita.
huyendo de los perros,
ó
una pequeña ave que iba
a
ser ca–
zada por los gavilanes, las li.br.aba milagrosamente del peli·
gro, haciendo la señal de la Cruz :
y
en la de San :Francisco
de As ís dice San Buenaventura, que era tanta su compasion
de tocias las criaturas, que llamaba hermanos
y
hermanas
á
los animales, considerando que todos ti enen un mismo prin–
cipio,
y
que por _.eso amó
y
protejió maravillosamente á las
Cigarras, Aleones
y
Faisanes.
A mas de lo dicho, la compasion
á
los animales ha sido
un comprobante del amor que algunos Santos han tenido
á
sus proj imos.
P or eso dice San Juan Crisostoruo, en la Ho–
milía 19 sobre la Epístola de San Pablo á los Romanos, que
los Santos muy amadores de sus projimos, son tambien dulces
con los irracionales,
y
aconseja la compasion para con las
bestias por estas palabras.
Conviene que seamos muy huma–
nos
y
clementes con los brutos, para que compadecienJonos de.
ellos, aprendamos
á
co111padecer12os de nuestros hermanos, j1or
que quien es swwe
y
compasivo con los estraños, es reg-ular
que lo sea mucho mas con sus familiares
y
domesticos.
De
lo
dicho se infiere cuan reprensible es la conducta