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ve,

y

aldava por

lo

interior, entró con un brnse ro <le candela,

_~abanas

y

túnica limpia. Reprendió

á

los Religiosos por su

descuido; cargó al enfermo que estab:i. yerto y sin haltla; lo

puso en la cama,

y

le mu<ló ropa·

Mientras practicaba Fr. Martín estos ofiicios de Ca–

ridad, examinaban los dos Religiosos la puerta Je la enfer–

mería; y hallandola cerrada, en Ja mi;;ma forma que la habían

dejado cuando se acostaron

a

c!ormir, admiraron el prodigio.

Pero creció su asombro, viendo á pocos dias perfectamente

sano al que

es~aba

agonizante, y que daba gracias

a

Dios, que

lo había salvado de tan terrible mal, por los ruegos de su

Siervo Fray Martin.

El

p ;

Maestrn Fray Miguel <le Villarrubia cstm·o

t:nfermo en el dormitorio de los profesos; y en el tiempo d e su

convalecencia, tuvo vehemente deseo d e comer sopa; y sin

que

á

nadie huviese comunicado su apetito, entró Fray Mar–

tin estando las puertas cerradas con una tasa llena. Al dar–

gela le dixo: vaya _muchacho, come la sopa, satisface tu .capri–

cho. El R eligioso refü-io despues este suceso, y fue reputado

milagroso como los anteriores. _

Atormentando mucho un agudísimo dolor de riñones

en

alta noch(! al P . Fray Juan Vaxgas, deseo vér

Fray Mar–

t in, para que Je aplicase algun remedio. Mas hallandose so–

lo, sin tener quien le avisase su urj ente necesidad, lo llamó

con su corazon. Vió luego al Siervo de Dios que habia en–

trado en su celda, estando la puerta cerrada y con aldava por

dentro, teniendo en sus manos un brasero de candela, y cierta

medicina que probablementa seria alguna untura. Preguntó–

le el enfermo ¿como había entrado¿ Fray Martin le dixo: so–

lamente vengo

á

cu.rarlo. A

plicól~

el remedio,

y

se fue: clur-

1.11iose

pron.to

el Jll!-Ciente, amaneció mejor, y

en

breve estuvo

sanq.

Enfermo en el noviciado, el P . Fray Pio Salinas; y ha–

bien!losele agravado su mal á la med ia noche con vehementes

c.lolores, llamó interiormente

a

Fray Martin, pidiendole que lo

socorriese, sin hablar una palabra, ni descubrir á nadie su ne–

cesid,ad. Desear á Fray Martin, y entrar este en la celda,

con carbon encendido y el remedio conveniente, estando las

puertas cerradasJ sucedió á un mismo tiempo. Medicinóle, y

d ejandole _tranquilo, desapareció del mismo mo_do que habia

entrado sm

~u.e

se supiese como.

"Siendo Lect or de F iloso(ia en este

el

R,.

P. M.

f_ray

,J,IA~~

de Barbarán,

qu~

Convento grande,

despuH

fue Pro-