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~\t)quito,
lo cubrió con la fr3:s,ada, y calentó con el romero,
salándolo de la manga, y
p~m1endolo
so.bre las br
s. Ato–
nitd"el Religioso, preguntó á Fray Martm, como y por
d~ndc
habia entrado siendo media noche,
y
estando cerradas as1 las
puettas del
N~viciado,
como la de su celda. El Siervo de
Dios le contestó; ¿quien te mete en querer saber eso? y dan–
dole un bofetoncito suave, le dijo no seas tan bachiller, ni tau
vivo. Volteó luego
el
colchon, y clespues ele haberlo secado,
hiznde nuevo la cama, puso en ella al enfermo, le enjugó el
. sudor, quitóle la ca>nisa sucia, y le puso otra
limpi~ calie?~e,
sahum~nclola
con romero: Preguntole el e11fcrmo ¿s1 monna
de esa enfermedad? Respqudiole
el
Siervo de Dios: M ucha·
cho, ¿tu quieres morir? Contestole, no.
Pues no morirás;le
dijo Fray M artin, y desapareció. Quedé el enfermo conso–
lado,
y
con 'tanto alivio, que durmió toda la noche, lo que no
habia conseguido en dos meses: faltó la fiebre, y desaparecieron
todos los síntomas, de modo que
a
los cuatro cli as se levantó
bueno, aunque debil y -flaco. Visitóle el Maestro d e novicios
Fray Andres Lizon, y preguntóle ¿como se sen tia? Entonces
le
qij,
0
:~111Avicio:
¡Padre Maest110, se h an r ezado Maytines
á
.prima,
~· á
media noche?
Contcstóle el Maestro: :í prima, por
ser tiempo en que lo permite la Constitucion. Dij ole el novi–
cio: ¡quien tiene las llaves de la prin1era y segcm,da puerta?
Dijole el M.aestro: yo, y las pongo d ebajo de mi almohada.
~Porqué
me preguntas eso, hijo mio?
R efiriole entonces todo
lo ocurrido, y en prueba de ello, le mostró la camisa, en cuya
manga estaba la marca con qui'! se distinguian las pertenecien.
tes
a
Ja enfermeria. No me toma de nuev'o le dij o el Maes–
tro de novicios, porque
es.tosabe hacer ese mulato, cuando
quiere y conviene. H a
ce poco tiempo que hizo lo mismo con
ptros
R,eligiosos: el es un Santo,
y
ama ;\ sus hermanos como
si fueran sus hijos.
Entró inmediatamente el médico citado,
é
instruido
d~l.suceso,
despues de haber examinado al novicio, esclamó
d1c1endo:
~sta
curacion e.s miJag,r%;¡,: nq puede ser ob1:a de
ho~b:e~,
smo,cle J?ios, pc¡rque era·
~mP-o&lble .
qu.e sanase este
Rehg10s<;> por medios
na~urales .
1)1vu!góse el prodlj io; y . el
M . R. P. M. Fray Gabriel Serate, Provi1icial en ese tiempo,
con su secretario el P. Presentado l•'ray Francisco Paredes,
temai:on .sleclaracion al paciente, segun lo prevenido· en las
const1tuc1pnes de la Orden
Dominj~aµa.
?
~stando
enfermo el Padre F1•ay_ Vi_c_ente, Fer.rer, d.i!.fie–
bre ardiente, sudó mt.¡chísil)1o
{l
JJi
me.c!ia noche.,
y
xil!J1po. (;.