cst~lagados
de ella
junt~:r,rnnte
muéhos Religioso
•irvient..
y
habiendo sido tan grave\ como Ja que obser a–
mos mas hace de cuarenta aíios, porque,en o.mbas los e11fel"lnói;
d.eliraban, querian salir de la cama,
y·
se negaban á t-0ma:r ali–
mentos
y
medicinas; contraiiclo.F ray M á•tii> d e dia y noch'e
ál
servicio y cuidado ele cada enfermo, como si fuera el únit o,
ocurria
a
las necesidades de todos, y las reme diaba éon su hu–
mildad, paciencia y vijilancia. Mas, domo un honíbre solo·no
podía naturalmente saber las intempestivas 1fovetlades que
sobrevenian en alta noche'
á
los pacientes que no se curaban
en la enfer-meria, se las revelaba el Sefüir, para que a·uiiliase á
cuantos tenían necesidad de sus socorrns en semej antes
conf!itos.
Asi es que estando cerradas con llave•las puertas
del
Noviciado, entraba
a
la media noche , vi. itaba
a
]Gs
novi~\o•,
daba refrigerantes á los que estab
an muy incendiados· por la
fiebre, mudaba ropa á los que por excesi.vo sudor, tenían mo–
jada: la que cubria sus cuerpos, y salia del No,'iciado sin que
nadie le abriese. De mañana referían los novicios lo ocurri–
do; y como su Maestro guardaba las llaves -del Noviciado, no
podia ocultarse el prodijio. Mas queriendo Dios que ei;i
nin~
gun tiempo se dudase de este singular favor c'oncedido
á•
Fray
Martin, como el mas irrefragable testimonio de su ardientísi–
ma caridad, renovó muchas veces
el
mi"smo portento eh di–
versas ocasiones.
Declaró juridicamente el Padre Fray Francisco V:clas–
co, que siendo novicio, estuvo tres veces gravemente enfermo,
y la ultima
a
las puertas de la muerte.
Pues habiéndolo en
esta vez enviado
á
una villa, con el fin de que mejorase, vol\rió
de ella al Noviciado, hidropico, con fiebre continua, y con la
respiracion muy anhelosa.
Su médico el Dr. Cineto, que lo
era tambien del Señor Virey, lo desaució diciendo á la
comu~
nielad, que moriría el novicio en breves dias.
Sin embarg9,
persuadidos los Reli¡;iosos á qµe el agua le perju<licaba, como
se creía en ese tiempo, y<t-qucer-á tan grande su seq, que segm1
se espresaba, beberia no solo él agua de la pila,
ó
pozo, sino
tambien la de un albañal, o cloaca, lo encerraron en una celda,
para evitar el que bebiese.
En estas circunstancias hallán–
dose una noche muy aflijido ·Y fati gado, vió de repente entre
su celda, á la una de la mañan«, al Siervo de Dios Fray Mar–
tin, con un vaso de lata viejo, lleno de carbones encendidos,
una camisa bajo del brazo, y ramas de romero en la manga.
Acercóse al lecho, levanto ill enfermo, y eentándolo en-t,,.