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cosas lícitas, que no son obligatorias, por un fin sobrenatural.
Y
sin embargo de que por todo lo escrito, no puede dudarse
de que fray Martin practicó heróicamen te esta virtnd, mortifi–
cando sus pasiones, para úo tener otro deseo que el de servir
y amar
á
Dios; conviene referir los ejercicios, dirigidos princi–
palmente
á
la mortificacion de sus pasiones, para adquirir la
perfecta purificacion de su espíritu. Pues, asi como los vicios
radicales de todas uuestras pasiones, son el amor
á
las rique–
zas,
á
los honores, y
á
los deleites sensuales; del mismo modo la
pobreza, humildad, abstinencia y castidad, no solo domau esos
detestables vicios, sino tarnbien hermosean al alma con el cor–
tejo de la modestia, pudor, honestidad, silencio,.mansedumbre,
clemeRcia y simplicidad, que son inseparables .de esas cuatro
virtudes. Pero, debiendo tratar separadamente de cada una de
estas,
y
de la perfecciou que adquirió en todás fray Martín por
los medios mas conducentes, cuanto diga de ellas debe referir–
se
á
la virtl1d de la templanza.