Previous Page  70 / 214 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 70 / 214 Next Page
Page Background

-

62 -

dad de sus males, necesitaban re poso

y

prol ija asist encia , lle–

vaba estos

á

su celda, y los medicinaba c u ella

h~sta

su entero

'reparo, como ya se ha dicho. Disgustá ronse los rehg10sos de este

caritativo ej ercicio, luego que 1;e rc1b1eron, al pasa r. por la puei:–

ta de la celda

el

mal olor que exha la ban esos miserabl es. A

mas de eso, c¿mo las enfe rmedad es de alg-unos fuese n de las

que entonces se creian conta gi.osas, el pad re .maestro fra y Agus–

tiu Yeg<\'l ·prov incial e n ese t 1e111po, proh1b10 a fray i\fa rt1 n el

q ue cura se

ú

lling un o eu el co uve:ito. te

fu(:

mu y sc mnble e»te

;naa~ato;

y, a nlcs de despedir á los E:n fc r mos, su p!it:o ni ¡Jrela–

do, de rra ma nd o muclrns lágTimas, que le pe r m1 L1esc cu:it unuH'

auxilia ndo

á

esos pi!cic nte:; de:; validos: pero, comú no le

rela.ia

se el precepto, hizo fray

~[a rti n

el sacrificio de su caridad e11

obsequio de la obediencia .

Sin embargo, él 'upo concilia r los sagrados de rechos de una

y

otra

virtud .

Pidió un a pieza

á

su

herman a

casa<ln, que vivia

cerca del conve;1to,

y

lle vó

a

ella

á

eso:; desd ichados,

á

qu ienes

Dios conso ló, dúudolcs u u s<n1 to que, auúliá 11 dolos e11 todo , s1rn–

vizasc sus molestias,

é

hiciese mas ll evader os sus trabajos.

Pe ro Dios quiso ejercitar de o tro modo

á

fray Ma rl in . Hirie–

r on gra visimame11tc

ú

un i ndigeua e n la

l~o r te ria

del co n·:e nto ;

y

lrnllúndose pre;;e nte el sier vo de IJ ios, ll evó le eu b razos

á

su cel–

da,

y

le apli có hilas, venda y dema s auxilios oportu nos. Luego

que el suceso ll egó

it

noticia del pro vincia l, llamó

á

fray Ma rtin ,

y re pre ndiéndole úgriame nte po r su in obcdi encia, le hizo pos–

tra r e u ti er ra, y le dió un a di.5ciplina. Hecibió la peni te ncia con

su acostumbrada humildad y mod es tia,

y

e nvió al he rid o

á

ca–

sa i;le su henna na, para que lo curase el cirujano, porque se

suponia que la herida era mortal. Curóla el fac nlta ti,•o,

y

co n–

ciliien dola 'superior

á

los recursos de sn arte, quedó admi rado ·

cuando descu brié ndola al dia siguiente, Ja halló pe rfec tamel\–

te cicatrizada . E l indígena corrió al co n ve nto y dió las o-racias

al sierv o de Dios, re pu ta ndo con todos

m ila::;r~sa

su sa nidad .

i\las, co11ocie ndo fra y iliartin que él

ha bi<~

motivado el enojo

del prelado,

fué

á

la cocina, dond e asó unas sab rosas 1·aices del

pais .que,

se~un

me parece, se rian yuca;;,

y

ll e vilndolas al pro–

vrncrn.1, le <l 110: "per dóneme vucsa pate rn idad,

y

coma esto, que

le sera tan sab roso

y

g rnto, como me ha sido su correccion."

Co ntestóle el prel<ido: "Y º no me e nojo con la pe rsona, sino con

la culpa ...

'.'".º no l1e pecado en. eso, .. le dijo fray

~fa rtin .

•¿Cómo

11 0 ,

le replico el supe rior, habie nd o quebrantado mi prece pto?"

re púsole .e utonccs el sie rvo de Dios:

.. ve rdad es que llevé ese

pobre hend o,

y

le auxili é e n mi celda ; pero lo hice por la urgen–

cia

del caso, puesto que, cuando la caridad obliga, debe prefe·